miércoles, 30 de mayo de 2012

LA FE DE UN NIÑO


¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?
Lamentaciones 3:37
Un niño de nueve años, único hijo de una pareja cristiana fiel al Señor, siempre le pedía a su madre que orasen de rodillas por todos los familiares que todavía no eran salvos y por aquellos que se habían alejado del Señor.
Una mañana el chico fue a visitar a sus tíos y a sus primos de 10, 12 y 15 años de edad y se pusieron a jugar. El mayor encontró un revólver y empezó a amenazar de broma a sus hermanos. El primo de nueve años le dijo que no jugase de ese modo. Entonces apuntó hacia él y disparó, sin saber que el revólver estaba cargado. El niño fue llevado rápidamente al hospital, pero tres días después murió.
Este suceso causó mucha impresión tanto en los familiares como en los vecinos del niño. La triste noticia fue la oportunidad para que la familia del fallecido, por la que el niño había orado, se reuniese en su casa y escuchase el Evangelio.
Amistades de la madre del niño caminaron hasta 8 horas para asistir al entierro. En la ceremonia se presentó el Evangelio y todos los familiares de la madre, por quienes el niño tanto había orado, aceptaron al Señor como su Salvador. Los que se habían alejado del Señor volvieron a él.
Una pareja, que venía de muy lejos y que nunca había oído hablar de los pecados y la salvación en Cristo, en esa oportunidad también aceptó al Señor como Salvador. Hoy, en la región en donde vive esa pareja, hay dos grupos de creyentes que se reúnen para escuchar y meditar la Palabra de Dios.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

lunes, 28 de mayo de 2012

¿ES USTED CRISTIANO?


Éstas (cosas) se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
Juan 20:31


Y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
Hechos 11:26
Un jefe de estado, hoy fallecido, declaraba a un periodista: «Nací cristiano, probablemente moriré como tal.  ¿Entretanto…?».
Sin duda quería decir que había nacido en una familia practicante, había sido bautizado, y que en su entierro probablemente se celebraría un oficio religioso; pero entre esos dos acontecimientos, viviría como le convenía.  Y ésta es la manera de ver de muchas personas en nuestros países cristianizados.  ¿Pero es verdaderamente esto ser cristiano?
Si nos referimos a la Biblia, la Palabra de Dios, no vemos en ninguna parte que uno sea cristiano por herencia o por cultura, ni que alguien llegue a serlo por el hecho de estar bautizado, de asistir a oficios religiosos o aun por llevar una vida irreprochable.  No, ser un cristiano auténtico es ser discípulo de Jesucristo.
Para llegar a serlo, hace falta una doble condición: por una parte reconocer que Jesucristo es el Hijo de Dios, muerto en la cruz para expiar los pecados que cometí, y por otra parte que su muerte y resurrección me permiten estar reconciliado con Dios.  Es un nuevo nacimiento espiritual y el punto de partida de una nueva vida, de una relación personal con Dios.  Él hace de cada uno de nosotros una persona diferente, transformada, quien halla un sentido a su vida.
Si usted todavía no tiene esta convicción, pida a Dios que la haga nacer en su corazón.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

sábado, 26 de mayo de 2012

DIOS TE VA A VISITAR


Sin darnos cuenta, pretendemos movernos hacia adelante en nuestras vidas, con la vista puesta en el pasado.

En Génesis 50, José les dice a sus hermanos que él iba a morir, pero que Dios ciertamente los visitaría.

Aun cuando iba a morir, José tenía su mente puesta en el futuro.

Cuando una persona va a morir, por lo general lo que hace es recordar el pasado.  José va a morir y le dice a sus hermanos que miren hacia adelante.  Hay que ser un soñador para que, en tu lecho de muerte, en lo único que tú pienses sea en la visitación de Dios para mañana, en lo que Dios va a hacer en el futuro.

José pidió a sus hermanos que llevaran sus huesos de Egipto, cuando Dios les hiciera subir a la tierra que había jurado a Abraham, Isaac y Jacob.  José lo que estaba diciendo era que ni sus huesos se quedarían en el pasado.

El pasado de José no era tan malo, pero no era lo que Dios le había prometido.

José pasó trece años duros, porque lo traicionaron, lo abandonaron, lo dieron por muerto, pasó por la cárcel; pero a los treinta años administraba la economía de Egipto.  Y dice la palabra que vivió ciento diez años.  O sea, por ochenta años vivió en prosperidad.

Si trece años de problemas, te dan ochenta años de prosperidad, tú deberías preguntar cuándo empiezas.

José sabía que Egipto era un lugar temporero.  Nunca te acomodes a un lugar que Dios ha determinado que será temporero para tu vida, aunque estés allí por un largo periodo de tiempo, porque tu tiempo no se mide igual que el tiempo de Dios.

Egipto no fue un mal lugar para José, pero él se iba a encargar de que sus huesos no quedaran en un lugar del pasado, por bueno que fuera, sino que sus huesos llegarían al lugar de la promesa de Dios.

Tu futuro tiene que metérsete hasta en los huesos.  El problema es que lo que se mete en los huesos de la gente es el pasado; por eso se amargan y se frustran.  Corajes del pasado, lo que te quitaron, lo que perdiste, lo que no hiciste bien, eso es lo que tienes metido en los huesos.

En tus huesos lo que tiene que estar es la promesa de Dios.

José pudo haberse puesto a recordar el momento de su reencuentro con sus hermanos, o el momento en que los perdonó, o lo bueno que Dios había sido con ellos por los pasados ochenta años.  Y, si fueras a recordar algo, entonces sí, recuerda lo que Dios ha hecho.  Tú no debes recordar el desierto, recuerda lo que Dios hizo en el desierto, y entiende que hay una promesa más grande para tu vida.

Nunca debemos hacer de la provisión temporera de Dios nuestro lugar eterno, porque él siempre tiene algo más grande.

Egipto fue el lugar que Dios usó para que la familia de José comiera en tiempos de hambre, pero no era donde Dios quería que terminaran.

¿Dónde tú decides dejar tus huesos? ¿En la provisión temporera de Dios? ¿O en la promesa permanente de Dios para tu vida?

Si hoy tú te atreves a creer que Dios tiene una promesa para ti, y si en tus huesos hoy se mete la promesa de Dios para tu vida, tú vas a terminar en el lugar que Dios te prometió.

Nunca permitas que tus memorias sean más grandes que tus sueños.

Tienes que creer que Dios te va a visitar.  Dios va a visitar tu matrimonio, tu negocio, tu vida, tus finanzas, tus hijos.

La promesa de Dios no se ha perdido.

viernes, 25 de mayo de 2012

¿ESTAS SUFRIENDO? ¡PONTE ALEGRE!


¿Piensas que has sufrido mucho a causa del evangelio? Tal vez piensas que ya no tiene sentido hacer el bien, pues te trae más dolor que satisfacción.  Mira lo que nos dice el apóstol Pedro:

"Dios bendice a los que, por ser fieles a él, sufren injustamente y soportan el sufrimiento. Si alguno es castigado por hacer algo malo, y soporta con paciencia el castigo, no está haciendo nada extraordinario.  Pero si uno sufre y soporta el sufrimiento por haber hecho algo bueno, Dios lo bendecirá.  Si acaso sufren injustamente, recuerden que Dios les ha ordenado sufrir con paciencia.  Y en eso Cristo les ha dado el ejemplo, para que hagan lo mismo, pues él sufrió por ustedes.

Cristo no pecó nunca, y jamás engañó a nadie.  Cuando lo insultaban, jamás contestaba con insultos, y jamás amenazó a quienes lo hicieron sufrir.  Más bien, dejó que Dios se encargara de todo y lo cuidara, pues Dios juzga a todos con justicia." 1 Pedro 2:19-23 (Traducción Lenguaje Actual)

"Dios bendice a los que son maltratados por practicar la justicia, pues ellos forman parte de su reino.  Dios los bendecirá cuando, por causa mía, la gente los maltrate y diga mentiras contra ustedes.  ¡Alégrense! ¡Pónganse contentos! Porque van a recibir un gran premio en el cielo.  Así maltrataron también a los profetas que vivieron antes que ustedes." Mateo 5:10-12 (TLA)

Si otros te han lastimado, ya sea a causa de Cristo o no, tu misión en esta vida es perdonar.  La vida se hace muy difícil cuando decides no perdonar a otros.  Hasta la más pequeña ofensa, si no la pasas por alto, puede impedirte avanzar en la vida y convertirse en una gran roca de tropiezo.

Jesús nos dijo: "Si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, Dios, su Padre que está en el cielo, los perdonará a ustedes.  Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco su Padre los perdonará a ustedes." Mateo 6:14-15 (TLA)

En una ocasión, "Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: --Señor, si un hermano de la iglesia me hace algo malo, ¿cuántas veces debo perdonarlo? ¿Sólo siete veces? Jesús le contestó: --No basta con perdonar al hermano sólo siete veces.  Hay que perdonarlo una y otra vez; es decir, siempre". Mateo 18:21-22 (TLA)

Sigue hablando Jesús: "Cuando oren, perdonen todo lo malo que otra persona les haya hecho.  Así, Dios, su Padre que está en el cielo, les perdonará a ustedes todos sus pecados. Marcos 11:25 (TLA)

Y el autor de Colosenses escribe: "Sean tolerantes los unos con los otros, y si alguien tiene alguna queja contra otro, perdónense, así como el Señor los ha perdonado a ustedes." Colosenses 3:13 (TLA)

Me encanta la actitud que tenía Pablo: "Hermanos, yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer.  Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo." Filipenses 3:13-14 (TLA)

David, hoy, como hace cientos de años, Dios te dice: "Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado.  ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta?
Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados." Isaías 43:18-19 (NVI)

jueves, 24 de mayo de 2012

UNA RECETA DE PODER


En el Salmos 133, David describe la reunión con los hermanos en la iglesia como buena y deliciosa, y la compara con el aceite de la unción de los sacerdotes.

La palabra nos describe, en Éxodo 30, el aceite que se utilizaba para la unción de los sacerdotes, el aceite de la santa unción.

Hay unas instrucciones específicas para preparar ese aceite, y cuando se prepara se hace santísimo, se hace sagrado, se hace especial.  Y todo lo que es tocado por ese aceite, es santificado.

Ese aceite tenía mirra.  La mirra es una sustancia resinosa y muy aromática.  Para obtener la mirra, hay que cortar el árbol, y de ese árbol se saca una resina que se utilizaba para ungüentos, para medicinas, se utilizaba como un tónico, como antiséptico; pero una de sus características principales es que huele delicioso, pero sabe amargo.

La canela era otro ingrediente de este aceite.  La canela se utiliza para las comidas.  La canela sazona, tiene un aroma agradable, y muchas veces se utiliza para simbolizar la obediencia.

Otro ingrediente del aceite de la unción lo era el cálamo.  El cálamo es una planta alta y fina que nace en los pantanos, en el lodo.  El cálamo es muy dulce, y su olor se desprende cuando es molido.  Mientras más molido, mientras más quebrantado, más olor desprende.

La acacia era otro de los elementos que tenía el aceite de la unción.  La acacia es la madera aromática de un árbol.  Es reconocida por los doctores como muy medicinal; se utiliza en la medicina para todo.  Su nombre viene de la palabra griega que significa rendirse, inclinarse.  Y así es esa planta, es inclinada.

El último ingrediente de ese aceite especial de la unción era el aceite de olivo.  El olivo es el plantío principal de Israel.  El fruto del olivo, la aceituna, tiene un tiempo específico de cosecha.  Y el aceite se saca presionando, se saca bajo presión.  Los árboles de olivo aguantan muchos periodos de escasez de agua.  Pero el olivo tiene otra característica particular, y es que toma dos años completos para madurar, para entonces empezar a producir.

El aceite de olivo era el ingrediente principal, para que se pudieran mezclar los elementos.

La palabra que se utiliza para describir el proceso de presionar la aceituna para obtener el aceite es la palabra “dokimos” que significa: aprobado.  Actualmente en Israel hay unas vasijas que tienen un sello que dice “Dokimos”, lo que significa que esas vasijas han pasado por presión, han pasado por fuego, y no se han quebrantado.

Si miramos detenidamente, cada una de las descripciones de estos ingredientes la vemos en la reunión de los hermanos en armonía.  Por eso David utilizó el óleo como ilustración de lo bueno que es que los hermanos habiten juntos y en armonía.

Hay algunos que – como la mirra – parecen estar bien, pero por dentro están amargados; hay otros que – como la canela – huelen bien, saben bien, son muy buenos acompañantes, pero nunca son el plato principal; hay otros que – como el cálamo – siempre están erguidos, aunque estén enfangados; hay otros que – como la acacia – son buenos para todo; y hay quienes – como el aceite – tardan en procesarse, y cuando llega el tiempo del fruto hay que apretarlos, pero terminan con un sello del cielo que dice: Aprobado.

Y lo que decía David es que el estar los hermanos juntos es como el óleo, que tiene ingredientes de todas partes.  En la reunión de los hermanos hay mirras, hay canelas, hay cálamos, hay acacias, y hay aceites, pero en esa unión hay poder de parte de Dios, hay bendición, hay vida eterna.

Y no importa cuál de estos ingredientes tú seas, lo que tienes que entender es que cuando se combinan todas las cualidades, cuando se combina lo que es dulce con lo que es amargo, cuando se combina lo recto con lo quebrantado, cuando se combinan todas las cosas hay aroma, hay medicina, y lo más importante es que los que somos parte de esa unión, todos terminamos con el sello del cielo que dice: Aprobado.

Es recomendación del cielo que estemos juntos y en armonía, porque en esa unión hay poder.

viernes, 18 de mayo de 2012

NO TODO SE ACABA AHI


Un cirujano cuenta los últimos momentos de uno de sus colegas que murió de cáncer: «No sé cómo explicarme, le decía el enfermo… ¿Estás seguro de que todo se acaba ahí? Cuando se está ante la muerte, se ven las cosas de forma muy diferente.  ¡Reflexiona bien!».


       En el momento de la verdad, algunos valores que fueron perseguidos durante toda una vida repentinamente pierden su importancia; otros, que quizá fueron descuidados, toman gran valor.  Es fácil imaginar la angustia del que dio la espalda a Dios durante toda su existencia y que ve llegar el fin de su vida.  La pregunta le oprime el pecho... no sabe cómo decirlo: « ¿Estás seguro de que todo se acaba ahí?».  No, el cuerpo vuelve al polvo y el alma a Dios quien la dio.  Pero no todo se acaba ahí, al contrario, hay un nuevo comienzo: el de la felicidad perfecta junto a Jesús, o el de la desgracia de estar lejos de él eternamente.  « ¡Reflexione bien!», vale la pena.


       Pero, ¿Quiénes son los que van a Jesús cuando dejan este mundo? ¿Los mejores según la moral humana? ¡De ninguna manera! ¿Los devotos, según las normas de la religión llamada cristiana? Tampoco, sino los que han aceptado personalmente el sacrificio de Jesús.  Pero si el hombre desprecia la salvación simple y gratuita que Dios le ofrece, un día será el objeto del juicio divino por haber rechazado la gracia divina. 

jueves, 17 de mayo de 2012

TU PROVISION ESTA EN EL EDEN


En el capítulo 2 del libro de Génesis, vemos la historia de la creación del hombre. 

Dios plantó un Edén.  El hombre no tuvo que buscar ese primer lugar donde habitar.  Cuando Dios lo  formó de la tierra, lo puso en ese lugar especial que creó específicamente para él.  El hombre no tuvo que ubicarse, sino que Dios se encargó de ubicarlo. 

Una de las cosas más importantes que tenemos que aprender es acerca de la ubicación. 

En las familias, hay ocasiones en que algún miembro pretende asumir un rol que no es el que le corresponde.  El hermano mayor no es el padre o la madre de la familia.  Tiene un problema, y es que está desubicado. 

Una de las cosas en las que todos tenemos que ubicarnos es en nuestros tiempos.  Por ejemplo, hay mucha gente que rechaza fuertemente la tecnología, pero estamos en tiempos en los que muchas cosas se hacen a través de la tecnología.  Es necesario que nos ubiquemos. 

En cuanto a la vestimenta, también nos tenemos que ubicar.  Es desagradable ver a una mujer entrada ya en edad, por ejemplo, vestida o comportándose como si fuera una jovencita de quince años. 

En ocasiones, vemos padres cuyo comportamiento es más errático que el de los jóvenes de la casa, y vemos entonces jóvenes que tienen que tomar el rol de los padres, porque los padres no entienden la responsabilidad de ser padres. 

Todo esto es falta de ubicación. 

Desde que el hombre pecó, vemos hombres que han estado buscando la ubicación geográfica del Edén.  Mientras más el hombre busca el Edén, más frustración siente, porque no lo ha encontrado. 

Sin embargo, hay hombres y mujeres de Dios que han encontrado el Edén y no se han dado cuenta, porque hoy el Edén para nosotros no es un lugar físico, sino una condición espiritual de conexión con Dios. 

Hay cinco términos que definen al Edén: lugar, momento, presencia, puertas abiertas, y lugar agradable. 

Quizás en el mundo natural no tenemos un lugar en el mapa que diga Edén, donde podamos ir a ver cómo eran los árboles, los ríos, los frutos, pero nosotros en el espíritu podemos llegar a lugares con nuestro Dios.  El Dios que da provisión para nuestros sueños es el mismo Dios que es capaz de plantarnos en un Edén.  Él es capaz de ponernos en un lugar, en un momento en específico, con su presencia alrededor nuestro, con puertas abiertas para todo lo que nosotros hacemos, y sobre todas las cosas, para que sea agradable para nosotros. 

Tenemos que levantarnos y clamar todas las cosas que Dios ha declarado que son para todos y cada uno de nosotros. 

Muchos pensamos que todo lo que tenemos que hacer en el Señor es con lucha y con guerra, y sí, hay momentos en los que ciertas cosas que hacemos para el Señor tenemos que guerrearlas, tenemos que arrebatarlas, pero hay momentos en nuestra vida donde vivimos en una sincronización, y esa sincronización trae como resultado la provisión para nuestros sueños.