Así ha dicho el Señor:... Llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis…
Isaías 65:12
Todos… estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca.
Lucas 4:22
Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!
Juan 7:46
Incluso antes de que el hombre fuese creado, la Palabra de Dios ya existía. Cada etapa de la creación fue anunciada por esta frase: “Y dijo Dios” (Génesis 1:3, 6, 9, 11, 14, 20, 24, 26). “Él dijo, y fue hecho” (Salmo 33:9).
Dios se dirigió a su pueblo en el monte Sinaí. Sus palabras fueron tales que quienes oyeron la voz “rogaron que no se les hablase más”, e incluso Moisés temblaba (Hebreos 12:18-21). Pero no obedecieron la ley divina (Hechos 7:53).
Dios habló por los profetas (Hebreos 1:1), pero no los escucharon. “Mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo (Jesús)” (Hechos 7:52).
¿Se cansará Dios de hablar a los hombres? No, pues su amor lo constriñe. “Teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió…” (Marcos 12:6). Dios ha hablado por su Hijo (Hebreos 1:1), el “Verbo”, la “Palabra” (Juan 1:1, 14). Y sigue hablando, pero muchos no quieren escuchar (Job 33:14). A veces habla fuerte, por medio de catástrofes naturales o epidemias, a un mundo que permanece sordo. Pero ¡Escuche bien! Jesús dice: “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna… ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). “Oíd, y vivirá vuestra alma” (Isaías 55:3).
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
No hay comentarios:
Publicar un comentario