Todo lo que el Señor quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra.
Salmo 135:6
Yo
soy Dios... y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde
el principio... que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que
quiero.
Isaías 46:9-10
Si Dios controla realmente la historia, ¿por qué
no impide el aumento del mal? ¿Por qué no hace que su justicia triunfe,
por qué soporta a un mundo en tan mal estado moral? A estas preguntas
legítimas, la Biblia da una respuesta. En primer lugar nos dice que el
hombre, creado libre, es responsable de sus actos. Dios no lo obliga a
hacer el bien. Le hizo unas promesas, le reveló sus pensamientos, pero
el hombre no les da importancia. Sin embargo, un día Dios le pedirá
cuentas. Por el momento espera pacientemente que el hombre tome
conciencia de su alejamiento de Dios, con sus trágicas consecuencias...
¡y que se vuelva a él!
La Biblia también nos dice que la historia tiene un sentido, que sigue el plan de Dios. Un día Dios pondrá fin a la desastrosa administración de la tierra por el hombre. Él enviará a su Hijo Jesucristo a establecer su reino, para el bien de toda la humanidad... pero juzgará a todos los que lo hayan rechazado negándose a recibirlo como el enviado de Dios.
La Biblia describe los acontecimientos que deben producirse, especialmente los que marcarán el final de la historia del hombre en la tierra. Jesús declaró: “Os lo he dicho todo antes” (Marcos 13:23). Estando informados, ¿no somos responsables de poner nuestra vida en regla con la Palabra de Dios? Esto significa primeramente reconocer en Jesús al único que puede reconciliarnos con Dios. Es lo que él quiere hacer, para darnos la paz ya en la tierra, y la esperanza bienaventurada y segura de estar pronto en su presencia.
La Biblia también nos dice que la historia tiene un sentido, que sigue el plan de Dios. Un día Dios pondrá fin a la desastrosa administración de la tierra por el hombre. Él enviará a su Hijo Jesucristo a establecer su reino, para el bien de toda la humanidad... pero juzgará a todos los que lo hayan rechazado negándose a recibirlo como el enviado de Dios.
La Biblia describe los acontecimientos que deben producirse, especialmente los que marcarán el final de la historia del hombre en la tierra. Jesús declaró: “Os lo he dicho todo antes” (Marcos 13:23). Estando informados, ¿no somos responsables de poner nuestra vida en regla con la Palabra de Dios? Esto significa primeramente reconocer en Jesús al único que puede reconciliarnos con Dios. Es lo que él quiere hacer, para darnos la paz ya en la tierra, y la esperanza bienaventurada y segura de estar pronto en su presencia.
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