Bienaventurado el varón que… en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.
Salmos 1:1-3
Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón.
Jeremías 15:16
Es importante leer la Biblia todos los días. Pero a veces no sacamos provecho de la lectura, ¿Por qué? Quizá debido a la forma en que la leemos. El profeta Daniel nos da un ejemplo instructivo. Dios le dijo: “No temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras” (Daniel 10:12).
Disponer su corazón a entender es más que hacer una lectura rápida y superficial. Humillarse es reconocer sus faltas y sus límites; también es hacerse muy pequeño ante la Palabra de Dios.
Daniel oró. Leamos la Biblia en oración, pidiendo a Dios que nos ayude a comprenderla y vivirla. Reservemos un momento cada día para orar y leer la Palabra de Dios.
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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