domingo, 20 de septiembre de 2009

TIEMPO DE LIBERACION DE DEUDAS

"No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley." Romanos 13:8

Este es el tiempo de liberación de deudas. El reino de Dios lo necesita a usted libre de toda deuda completamente. Así será capaz de hacer más por el evangelio. La deuda viene a ahogar toda posibilidad de hacer libremente la voluntad de Dios. Una persona liberada de deuda puede moverse en los sueños de Dios, pero la que no, está limitada porque se mantiene concentrada en sus propias necesidades.

Diga: No voy a deberle nada a nadie, te lo prometio Dios.

Piense que usted está aquí en esta tierra para ser bendeción. ¡Esto quiere decir que usted tendrá más que suficiente para dar! Es posible vivir sin deuda. Usted está habilitado para hacerlo. Determínese hoy a vivir fuera de ella. Empiece a confiar en Dios y a obedecer los principios financieros de la Palabra. No pida más prestado. Tiene que quebrar con ese espíritu que lo ata. Talvez usted estará pensando cómo llegará al final del mes si no pide prestado. Fíjese en lo que dice Malaquías 3:10, si usted honra a Dios con sus diezmos y ofrendas, el fin de mes va a ser el momento cuando usted lo podrá probar, las bendiciones serán derramadas sobre su vida. Nada le faltará. Rompa con el hábito de pedir prestado.

Vivir una vida libre de deuda es poder que vamos ejerciendo. Dios nos creó para gobernar y dominar, entonces no podemos ser dominados por deudas ni por ninguna otra cosa. Si usted tiene sueños de Dios, no puede quedarse sin realizarlos por estar atado a las deudas. Usted puede ser un dador generoso para el propósito de Cristo. ¿Cuánta gente, incluyéndose usted, han llegado a los pies de Cristo de Jesús por escuchar unas palabras por la radio, televisión, internet, o en un templo, todo esto funciona con dinero y alguien antes que usted lo invirtió en el reino de Dios para que usted esté hoy leyendo esto.

Usted puede ser hoy un inversionista en el reino de Dios también.

Oración: Padre Celestial, me determino a romper con el espíritu de la deuda para convertirme en un inversionista de tu reino. Así podré moverme libremente en los sueños que tienes conmigo. Te doy gracias en el Nombre de Jesús. Amén y Amén.

Juan Crudo





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