Cuando el ángel
le dijo a Zacarías que su esposa, Elizabeth, daría a luz, Zacarías comenzó a
decir que él ya era de edad avanzada, y que su mujer era estéril. Pero, si Dios
dijo que ella iba a dar a luz, ella daría a luz. Elizabeth no podía ser
estéril, porque Elizabeth no podía ser contraria a lo que Dios había dicho. El
mundo había dicho que ella era estéril, pero Dios dijo que ella daría a luz.
La gente afuera
estaba esperando a ver qué Zacarías iba a decir cuando saliera del lugar
santísimo, y ahora tenían un sacerdote al que Dios le había hablado, pero había
quedado mudo. Dios tuvo que callar a Zacarías, hasta que Elizabeth diera a luz,
porque, de lo contrario, Elizabeth no quedaría embarazada.
El gozo de los
que estaban afuera se detuvo por nueve meses más, porque Zacarías no pudo
decirle a nadie, ni aun a la misma Elizabeth, que ella daría a luz. No fue
hasta seis meses después, en su encuentro con María, que Elizabeth pudo sentir
la criatura que llevaba en el vientre. La gente afuera estaba orando, sin saber
lo que estaba pasando, porque aquel al que Dios le había hablado estaba callado
porque no estaba de acuerdo con lo que Dios había dicho.
No podemos ser
como algunos cristianos, que dan testimonio después de que se hace. La razón
por la que Dios interrumpe tu vida para mostrarte su poder creativo, es para
que tú comiences a gozarte, a alegrarte y a regocijarte, y a darle buenas
noticias a todo el mundo de que el silencio terminó, de que las cosas van a
cambiar, de que vienen tiempos de bendición, de que Dios va a hacer algo grande
contigo.
Tú no fuiste
hecho para quedar mudo. No fuiste hecho para permanecer callado. La biblia dice
que, si tú no hablas, las piedras entonces van a tener que hablar. Tenemos que
decirle al mundo que Dios ha dicho que vienen tiempos de alegría, de gozo, de
regocijo.
Dios ha querido
interrumpir tus pensamientos, para mostrarte una posibilidad, pero tu
frustración personal cancela lo que Dios quiere hacer, y te sujetas, no a lo
que Dios quiere hacer, sino a lo que el mundo ha dicho.
El mundo decía
que Elizabeth era estéril, pero eso no importaba nada, delante de lo que Dios
había dicho. Si el mundo había llamado a Elizabeth estéril, no importaba,
porque Dios había dicho que ella daría a luz.
Tienes que
entender que, cuando Dios interrumpe tu vida con el poder creativo lo hace para
cambiar en ti tres cosas muy importantes.
En primer lugar,
tus opiniones. Tú no puedes vivir de opiniones. Tus opiniones importan poco,
delante de la palabra de Dios. Tú no puedes vivir por lo que opina el mundo. Tú
no puedes vivir por lo que opina la gente de ti. Tú no puedes vivir por lo que
la gente piensa de ti. Tú no puedes vivir por lo que la gente habla de ti. Los
que hoy te quieren, mañana te pueden odiar. El que habla bien de ti hoy, mañana
puede opinar mal de ti. En ocasiones, ni aun tu opinión de ti mismo te es
conveniente. Incluso, hay gente que Dios pone en tu vida que opina mejor de ti
que tú mismo.
En segundo
lugar, Dios interrumpe tu vida para cambiar tu percepción, porque percepción es
realidad. Las cosas son como tú percibes que son. Y tú necesitas un momento
creativo de Dios para que tu percepción de ti mismo, de Dios, y del mundo,
cambie. Percepción es una realidad inventada por ti. Si no cambias tu
percepción, vas a estar atado a la realidad que has creado.
En tercer lugar,
Dios interrumpe con creatividad tus pensamientos, para que tu comportamiento
cambie. Si tú no cambias tu comportamiento, basado en lo que Dios ha dicho, vas
a seguir en el mismo patrón de fracaso, de frustración, en el que has estado
viviendo. Dios quiere que veas las posibilidades que hay en tu vida, para que
comiences a hacer arreglos. Si Elizabeth iba a quedar embarazada, había que
comenzar a acomodar la tienda, la cabaña, había que expandir.
Tú tienes que
comenzar a comportarte de una manera diferente, hacer los cambios necesarios en
tu vida, no basado en lo que está ocurriendo, sino en lo que Dios ha dicho.
Tienes que salir de la crisis mental, y comenzar a ver las cosas que Dios tiene
para ti, y comenzar a actuar, no como lo que eres, sino como lo que Dios ha
dicho que vas a ser; no por lo que tienes, sino por lo que Dios ha dicho que tú
vas a tener, para que el plan de Dios se complete en ti.