miércoles, 29 de febrero de 2012

VOLVER A EMPEZAR DE CERO

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
Juan 3:6-7
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Una famosa cantante había alcanzado la gloria: sus admiradores la seguían y estiraban sus brazos entre la multitud para pedirle autógrafos… La alta sociedad la adulaba.

Pero un día su voz se esfumó y el público desapareció, pues una enfermedad le impidió cantar. Vivió sola los últimos años de su vida, y luego murió. ¡Veinte años disfrutando de buena salud, riquezas, éxito, celebridad… y luego la soledad y la muerte! La que tan a menudo había cantado: «No, no me arrepiento de nada», al final de su vida escribió: «Quiero examinar mi vida y juzgarme francamente sin hacer trampa, sin poner excusas… Cuando pienso en mi vida, en todo ese desenfreno… me avergüenzo de mí misma… ¡Dios mío, cuanto me arrepiento hoy, cuánto me gustaría poder volver a empezar de cero!».

Volver a empezar nuestra vida es imposible; el tiempo no da marcha atrás, y suponiendo que pudiésemos remontar 20, 30 ó 50 años atrás, ¿sería mejor el segundo intento que el primero?, pues la misma causa, es decir, un corazón malo desde lo más profundo, produciría los mismos efectos: malas acciones, frutos idénticos a los que ese árbol malo ya produjo.

Pero sin recuperar los años perdidos, podemos vivir un «nuevo» comienzo, y eso es lo que Jesús nos propone hoy: “Nacer de nuevo”, es decir, nacer con una nueva naturaleza, una vida dada por Dios, la cual recibimos para toda la eternidad cuando confesamos nuestras faltas y creemos en el Señor Jesús.

martes, 28 de febrero de 2012

EL TEMOR

El primer significado de la palabra «temor» en el diccionario es: «Pasión del ánimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso». El temor puede ser útil como señal de alarma, lo cual permite escapar del peligro, pero a menudo el temor nos paraliza. Amigos creyentes, el Señor quiere darnos la paz incluso en los más grandes peligros, y nos dice, al igual que en la mañana de su resurrección: “No temáis” (Mateo 28:10). Pero existe otro temor, un temor positivo, del cual la Biblia nos dice que es el principio de la sabiduría. Es el temor de Dios, que nace cuando uno es consciente de la grandeza de Dios, de sus derechos y del hecho de que un día juzgará mi vida. ¡Este es un temor para salvación, pues nos aparta del mal y hace que vayamos a Dios!

La relación entre el creyente y Dios debe estar caracterizada por este tipo de temor, pues el hombre sigue siendo un ser humano lleno de flaquezas aquí en la tierra. Dios es mi Creador. Él es mi Padre y yo soy su hijo. Tiene un amor perfecto para conmigo, por eso temo desagradarle. Y si tememos a Dios porque lo amamos, entonces buscaremos su presencia. Es un temor filial, compuesto por el cuidado, la consideración y el respeto, que nos llena de adoración ante su gloria y del deseo de vivir siempre más cerca de él; echa fuera la angustia y la ansiedad.

lunes, 27 de febrero de 2012

¿QUE LE GUSTARIA QUE DIOS LE DIJESE?

He hablado desde el cielo con vosotros.

Éxodo 20:22



Escucharé lo que hablará el Señor Dios.

Salmo 85:8



Mirad que no desechéis al que habla.

Hebreos 12:25

A la pregunta típica: «Si Dios existe, ¿qué le gustaría que le dijese?», una célebre estrella respondió: « ¡Él existe! Pero me encantaría que me lo dijese…». Por supuesto, Dios existe. En la Biblia el creador del Universo, nuestro creador, habla y se presenta a sí mismo: “Yo alzaré a los cielos mi mano, y diré: Vivo yo para siempre” (Deuteronomio 32:40). Él es quien sostiene este universo y nos mantiene vivos. Pero además, Dios también nos ha hablado por su Hijo Jesucristo, quien vino a la tierra para buscar y salvar lo que se había perdido. La Biblia dice que “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). Para liberarnos de ese juicio, Jesús ha proclamado la Buena Nueva: “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). ¿Ha oído y creído usted ese mensaje del Dios de amor?
“En una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende” (Job 33:14). Hoy, por medio de este calendario, Dios le habla. Y más aún: mandó escribir la Biblia para nosotros. Leerla es escuchar a Dios, quien nos hace esta oferta de amor: Amó tanto al mundo que dio su Hijo unigénito por cada uno de nosotros, “para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

domingo, 26 de febrero de 2012

LA FE DE LOS PADRES

Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey.

Hebreos 11:23

Quizás en la Biblia no haya un ejemplo de fe más conmovedor que el de los padres de Moisés. Estaban esperando un hijo, pero un decreto del Faraón obligaba a echar al río Nilo a todos los hebreos varones recién nacidos (Éxodo 1:22). Podemos imaginar esos largos meses de espera antes del nacimiento del anhelado bebé, las oraciones cotidianas de sus piadosos padres y su confianza en Dios. A pesar de la orden del rey, decidieron esconder al niño, obedeciendo así “a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29). Al cabo de tres meses no pudieron esconderlo más; la madre llena de fe tomó una canasta de juncos, la calafateó con asfalto y brea, colocó en ella al niño y la deslizó entre las cañas del río, bajo la vigilancia de su hermana. Dios también velaba sobre el niño y respondió a la confianza depositada en él. Permitió que la hija del Faraón encontrase al niño y confiara a la misma madre sus cuidados durante los primeros años de su vida (Éxodo 2:1-10).
¡Qué aliento para todos los padres creyentes! Después de los primeros años en los que la educación parece más fácil, llega el momento en que nuestros hijos se ven expuestos al entorno exterior. Entonces hay que construir día a día la “canasta de juncos”, es decir, una protección contra las malas influencias del mundo. Pero, por encima de todo, encomendemos con fe nuestros hijos a los cuidados del Señor, el único que puede guardarlos.


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sábado, 25 de febrero de 2012

CONFIAR SOLAMENTE EN DIOS




El Señor está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre… Mejor es confiar en el Señor que confiar en el hombre. Mejor es confiar en el Señor que confiar en príncipes.
Salmos 118:6-9
Resistamos a la tentación de buscar apoyo en los hombres. En nuestra actividad profesional podemos contar con la simpatía y la confianza de nuestro jefe o de un compañero de trabajo importante, y podríamos pensar que constituyen una seguridad para nosotros. Entonces nuestra confianza en Dios flaquea y la reemplazamos por la confianza en el hombre.
También podemos apoyarnos en la organización de la sociedad a la cual pertenecemos y en los sistemas de seguros para cubrir los riesgos. ¿Quién de nosotros no está contento si puede beneficiarse del bienestar que da el seguro para la salud, la jubilación, los subsidios de desempleo y otras comodidades similares? Pero para nosotros sería una trampa confiar en estos mecanismos humanos, incluso si Dios nos los concede. Nuestra fe debe contar primeramente con Dios.
Hay países que gozan de cierta estabilidad política y de una libertad religiosa casi completa. ¡Pero no nos apoyemos en la constancia de esta situación, pues las cosas pueden cambiar repentinamente! Seamos conscientes de la fragilidad de nuestro entorno. Que esto nos lleve a ser agradecidos y a confiar únicamente en Dios, pues él es quien permite que pasemos por tiempos tranquilos. “En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación” (Salmo 62:1). ¡Esto es lo esencial: la certeza de la salvación eterna del alma!


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viernes, 24 de febrero de 2012

MIRAR A JESUS

Mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.

Juan 1:36



Nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús.

Hebreos 12:1-2

Mirar a Jesús. Sólo son tres palabras, pero en ellas está el secreto de la vida cristiana. Mirar a Jesús quien fue crucificado, a fin de hallar, en Su vida entregada por nosotros, nuestro perdón y nuestra paz.
Mirar a Jesús glorificado para encontrar en él la única justicia que nos justifica y permite que nos acerquemos a Dios.
Mirar a Jesús glorificado para tenerlo como el defensor celestial que ora sin cesar por cada uno de los suyos.
Mirar a Jesús para seguirlo por la fe y encontrar en su amor la fuerza para triunfar sobre nuestra rebeldía y sobre todos los ataques del mal y de Satanás.
Mirar a Jesús para que nuestras tinieblas se disipen ante la claridad de su amor, para que nuestras alegrías sean santas y tengamos tranquilidad en nuestras penas… para que nos enseñe a orar y responda a nuestras oraciones. Jesús nos deja en el mundo pero nos separa de él, porque nuestra vida está escondida con él en Dios, y entonces nuestra conducta puede dar testimonio de él ante los hombres.
Mirar a Jesús en la Escritura para aprender quién es, qué hizo, lo que da y lo que pide; para tomarlo como modelo, sus palabras como enseñanza y sus promesas como sostén.

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miércoles, 22 de febrero de 2012

EL ROBLE

Un padre fue a inscribir a su hijo en una bien conocida universidad. Al leer el plan de estudios de la institución preguntó al Director:

– “¿Tiene que tomar todos estos cursos mi hijo? ¿No puede usted reducirlos un poco? Él quiere terminar pronto”.

Y el Director respondió:

––”Por supuesto que puede tomar un curso corto, pero todo depende de lo que él quiera llegar a ser.

Cuando Dios quiere hacer un roble, lo hace en veinte años; pero, en cambio, sólo necesita dos meses para hacer una calabaza”.

Deuteronomio 11:14 dice: “Yo daré la lluvia de vuestra tierra en su tiempo, la temprana y la tardía; y cogerás tu grano, y tu vino, y tu aceite.”

Lucas 21:19 dice: “En vuestra paciencia poseeréis vuestras almas.”

Salmos 1:3 dice: “Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.”

lunes, 20 de febrero de 2012

¿SE DEBE CREER EN EL HOMBRE?

Así ha dicho el Señor: Maldito el varón que confía en el hombre.

Jeremías 17:5



Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo.

Hechos 16:31

Varios artículos sobre el humanismo y la religión escritos recientemente por filósofos demuestran la tendencia moderna del hombre: creer en él mismo. Creer en el hombre es creer que es bueno, capaz de mejorarse y tender a un estado perfecto, o al menos satisfactorio. Es creer que es posible tener paz en la tierra mediante esfuerzos humanos, que la sociedad realmente está progresando. Pero si bien es cierto que el hombre puede hacer el bien, también debemos reconocer que es capaz de hacer el mal y de hacerlo con esmero. Del tirapiedras al arma nuclear, el hombre no ha evolucionado realmente; incluso es incapaz de abstenerse del mal en la vida cotidiana.
Desde hace miles de años el hombre trata de buscar por sí mismo una solución. Aspira al bien, al amor, a la paz, pero no puede alcanzarlo por sus propios medios. Por ello hay muchas personas que están desanimadas al medir la distancia entre sus ideales y la realidad.
Sin embargo, hay un hombre enviado por Dios que vino a arreglar el verdadero problema de la humanidad; en él podemos y debemos creer. Este hombre, el único que fue justo y perfecto, es Jesús. Él vino a liberar a los hombres de esa fuente de mal que Dios llama pecado, y que conduce a la muerte. Él, el Hijo de Dios, llevó sobre sí el castigo que merecían nuestros pecados, dio su vida por amor a nosotros. Resucitó y hoy ofrece gratuitamente la liberación a todos los que quieran creer en él, pues es el único camino a Dios.


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viernes, 17 de febrero de 2012

NO DEJES DE CONFIAR EN DIOS

Si estás pasando por una situación crítica en tu vida, hoy quiero recordarte lo que dijo Jesús:"No se desesperen preguntándose qué van a comer, o qué van a beber. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Dios, el Padre de ustedes, sabe que todo eso lo necesitan. Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey. Todo lo demás, él se los dará a su debido tiempo." Lucas 12:29-31 (Traducción Lenguaje Actual)

¡Todo lo puedes en Cristo que te fortalece! Con el poder de Dios de tu lado, hoy puedes decir: "Cristo me da fuerzas para enfrentarme a toda clase de situaciones." Filipenses 4:13 (TLA)

Por eso, podemos repetir con toda confianza lo que dice la Biblia: "No tengo miedo. Nadie puede hacerme daño porque Dios me ayuda". Hebreos 13:6 (TLA)

Por eso, estimado amigo, "no dejes de confiar en Dios, porque sólo así recibirás un gran premio. Sé fuerte y por ningún motivo dejes de confiar cuando estés sufriendo, para que así puedas hacer lo que Dios quiere y recibas lo que él te ha prometido." Hebreos 10:35-36 (TLA)

"Confiamos en Dios, pues sabemos que él nos oye si le pedimos algo que a él le agrada. Y así como sabemos que él oye nuestras oraciones, también sabemos que ya nos ha dado lo que le hemos pedido." 1 Juan 5:14-15 (TLA)

"Porque el Señor estará siempre a tu lado y te librará de caer en la trampa." Proverbios 3:26 (NVI)

Hoy te dice el Señor:"Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas." Isaías 43:2 (NVI)

Estimado amigo, "Dios empezó el buen trabajo en ti, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva."Filipenses 1:6 (TLA) "En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total." Romanos 8:37 (TLA)

lunes, 13 de febrero de 2012

JESUS FUE CRUCIFICADO Y LUEGO RESUCITO

Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.

1 Corintios 2:2



Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos…

Hechos 4:10

Los discípulos abandonaron a su Maestro, uno lo traicionó y otro lo negó. Después de un proceso injusto, Jesús fue condenado a ser crucificado. Algunas mujeres que lo habían seguido se quedaron junto a la cruz observando lo que sucedía. Luego vieron cómo colocaron su cuerpo en la tumba (Marcos 15:47, Lucas 23:55). En su amor ferviente por el Señor, querían regresar, después del sábado, para embalsamar su cuerpo.
Así fue como el primer día de la semana, muy de mañana, regresaron al sepulcro con las especias. Pero ¿qué vieron? La gran piedra que cerraba la entrada estaba rodada y la tumba vacía. Allí había dos ángeles. Uno de ellos dijo a las mujeres: “Sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado” (Mateo 28:5-6).
¿A quién busca usted? ¿A Jesús crucificado? Los discípulos, en el camino a Emaús, sólo pensaban en Jesús crucificado, y estaban tristes (Lucas 24:17). Pensar en Jesús crucificado es el punto de partida: murió por mí, llevó sobre sí mi pecado, recibió el castigo que yo merecía. Pero hay que ir más allá: ¡Él resucitó! Una nueva luz surgió de en medio de las tinieblas. Cristo venció a la muerte y al diablo, quien tenía el poder sobre la muerte (Hebreos 2:14). ¡Qué maravillosa noticia, fundamento del cristianismo: tenemos un Salvador resucitado que se halla en la gloria del cielo!


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sábado, 11 de febrero de 2012

PIDE AL SEÑOR SABIDURIA, Y TE LA DARA EN ABUNDANCIA

¡Hay muchísimas cosas que el mundo nos ofrece y que nos gustaría conseguir! Si nos enfocamos demasiado en ellas seguramente no las obtendremos.

Hay varios secretos que el sabio Rey Salomón reveló en las Escrituras. Pon atención a sus palabras:

"Ama siempre a Dios y sé sincero con tus amigos; así estarás bien con Dios y con tus semejantes. Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo. No te creas muy sabio; obedece a Dios y aléjate del mal; así te mantendrás sano y fuerte.

Demuéstrale a Dios que para ti él es lo más importante. Dale de lo que tienes y de todo lo que ganes; así nunca te faltará ni comida ni bebida. Estimado amigo, no rechaces la instrucción de Dios ni te enojes cuando te reprenda. Porque Dios corrige a quienes ama, como corrige un padre a sus hijos.

Dios bendice al joven que actúa con sabiduría, y que saca de ella más provecho que del oro y la plata. La sabiduría y el conocimiento valen más que las piedras preciosas; ¡ni los tesoros más valiosos se les pueden comparar! Por un lado, te dan larga vida; por el otro, buena fama y riquezas. Proverbios 3:3-16 (Biblia Lenguaje Actual).

El secreto no está en pedir lo que quieres ni tampoco en pedir lo que necesitas. La clave es pedir sabiduría. Pero, ¿Qué es la sabiduría? La misma Biblia nos da la respuesta: "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia". Proverbios 9:10 (RV 60).

Primero, conoce a Dios profundamente, y luego pide sabiduría: "Si alguno de ustedes no tiene sabiduría, pídasela a Dios. Él se la da a todos en abundancia sin echárselo en cara". Santiago 1:5 (BLA)

viernes, 10 de febrero de 2012

LA FELICIDAD

Bienaventurado el varón que… en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae.

Salmos 1:1-3

¿Quién es ese hombre bienaventurado de quien habla el Salmo 1? ¿Es acaso el que tiene mucho dinero, o muchos amigos, o quien ocupa una alta posición en la sociedad? ¡No! Un hombre feliz es primero aquel que no se deja seducir por la mentalidad de los que ignoran o desprecian a Dios. “No anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado” (v. 1). Existe como una progresión en el mal: primero uno entra en el mal camino, luego continúa en él y por último se acostumbra a seguir por él. Pero, ¡bienaventurado el hombre que prefiere quedarse solo antes que unirse a quienes están en contra de Dios y se burlan de él!
Su felicidad no consiste solamente en evitar lo que no agrada a Dios, sino en mantener una comunión real con él, pues la felicidad del hombre está en relación con lo que ama, en lo que piensa. Medita en la Palabra de Dios día y noche. Hace de ella su alimento, porque es la que lo pone en relación con Dios, quien desea compartir su felicidad con el hombre.
Entonces, todo creyente puede hacerse dos preguntas: ¿Leo y medito diariamente la Palabra de Dios, fuente de la verdadera vida? O bien, ¿es ella para mí algo externo y alejado? Y luego, ¿qué frutos produce ella en mi vida en cuanto al amor, al perdón, la bondad y la pureza? ¡Un árbol plantado junto a las aguas siempre está verde y “da su fruto en su tiempo”!
(v. 3).


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miércoles, 8 de febrero de 2012

EL DIA MALO

El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?… Me esconderá en su tienda en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto.

Salmos 27:1-5

Se dice que en la vida de toda persona existen días buenos y días malos; que es necesario aprovechar al máximo los primeros, pues no se podrá escapar a los segundos.
Al leer el Salmo 27 comprendemos que su autor (David) veía venir el “día malo”, pero podía expresar su confianza en Dios, la verdadera fortaleza de su vida. Su fe encontraba en Dios un refugio simbolizado por un lugar de abrigo: la tienda o la roca. Por lo tanto no temía al pensar en el día de la prueba.
En su carta a los Efesios (6:13-18) el apóstol Pablo también evoca el “día malo”, cuando el poder de Satanás se siente más. De ahí la necesidad de estar preparados para una confrontación: por una parte debemos estar “firmes” ante sus ardides, y por la otra “resistir” a su poder y al de sus huestes. Para ello es necesario estar revestidos de “toda la armadura de Dios”, imagen de los recursos que Dios pone a disposición de los suyos para un combate de tal magnitud. De esos recursos, aprovechemos especialmente la lectura de la Biblia, la Palabra de Dios, la cual alimenta nuestra alma y nos purifica, así como la oración bajo sus diversas formas (peticiones, suplicaciones, confesión), que nos mantiene en contacto permanente con Dios.
El secreto de la fuerza del creyente es que Dios está a su disposición y que en todo tiempo puede ponerse en contacto con Él. Entonces halla el socorro en el momento oportuno.


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

sábado, 4 de febrero de 2012

AMIGO, UN CRISTIANO ATEO EN RECUPERACION...

¿Has notado últimamente la cantidad de gente que dice ser cristiana? Hoy en día ser cristiano está de moda, es fácil y no lleva complicaciones.

Si le preguntas a alguien si cree en Dios, seguro te dirá: "Por supuesto, claro que creo en Dios". La cosa es que la mayoría de la gente cree en Dios, pero en realidad vive como si Dios no existiera, y tristemente esto pasa aún dentro de la Iglesia.

No es suficiente creer en Dios, ya que aún los demonios creen en Él:"Tú crees que existe un solo Dios. ¡Muy bien! Pero hasta los demonios creen en él y tiemblan de miedo." Santiago 2.19 (TLA)

¿Cómo puedes saber si alguien conoce verdaderamente a Dios? Las acciones de una persona te lo dirán: "Nosotros sabemos que conocemos a Dios porque obedecemos sus mandamientos. Si alguien dice: «Yo soy amigo de Dios», y no lo obedece, es un mentiroso y no dice la verdad. En cambio, el que obedece lo que Dios ordena, de veras sabe amar como Dios ama, y puede estar seguro de que es amigo de Dios. El que dice que es amigo de Dios debe vivir como vivió Jesús." 1 Juan 2: 3-5 (TLA)

"Dicen conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan; son odiosos y rebeldes, incapaces de ninguna obra buena." Tito 1.16 (DHH)

Conocer a Dios puede conducir a un estilo de vida positivo, pero lo inverso no siempre es cierto. Nuestras buenas acciones no prueban que disfrutemos de una verdadera comunión con el Padre. Sólo porque hagamos el bien, no significa que conozcamos a Aquel que es el bien.

Estimado amigo, cuídate mucho de ser un cristiano ateo: Aquel que cree en Dios, pero vive como si Él no existiera.

Estimado amigo, es hora de sincerarte contigo mismo y con Dios. ¿Lo conoces? Si es así, ¿cuánto? Si de verdad admites que no lo conoces, te entiendo perfectamente. Durante mucho tiempo yo creí en Dios, pero no le conocía de verdad. Era como Job, que dijo: "Lo que antes sabía de ti era lo que me habían contado, pero ahora mis ojos te han visto, y he llegado a conocerte." Job 42:5 (TLA)

¿Te ha transformado Dios? ¿Has cambiado a causa de Él? Si no es así, es muy probable que seas un cristiano ateo. Lamentablemente, nuestro pecado nos separa de Dios, porque Él es santo. Y en su misericordia y gracia, Dios envió a su Hijo, Jesús, para que fuera el sacrificio perfecto por el perdón de nuestros pecados. Jesús, el Hijo de Dios que no tenía pecado, se convirtió en pecado por nosotros en la cruz. Él es el «cordero de Dios» que murió en nuestro lugar. Romanos 10:13 dice: «Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo». Y «todo el que invoque» nos incluye a ti y a mí.

Si no conoces a Dios, puedes conocerle. Si antes estabas cerca de Dios, puedes volver a estarlo. No es difícil conocer a Dios, y no se trata de un conjunto de reglas. Sí, Dios quiere tu obediencia, pero más que eso desea tu corazón. Él afirma una y otra vez que si lo buscas, lo encontrarás (Deuteronomio 4:29; Jeremías 29:13; Mateo 7:7-8; Hechos 17:27). Puedes encontrarlo si lees tu Biblia. Él ha estado siempre allí. Y cuando empieces a buscarlo, descubrirás que ya está corriendo hacia ti, porque te ama demasiado.

Estimado amigo, conoce a Dios y permite que su presencia tenga impacto en cada área de tu vida, todos los días.

viernes, 3 de febrero de 2012

Seguridad Vial - Señales de Tránsito

Infografía: Seguridad Vial. Señales

SERVIR PARA ALGO

Plantados en la casa del Señor… Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes, para anunciar que el Señor mi fortaleza es recto.

Salmos 71:18; 92:13-15

« ¡Me encantaría servir para algo! Pero, ¿qué puedo hacer? ¡Ya no sirvo para nada! ¡Sólo soy una carga para mis hijos!». Quizás estos pensamientos lleguen a la mente de algunos ancianos. Permitan que uno más joven les dirija estas palabras: «A menudo creyentes ancianos me animaron por su fe, su fuerza interior, su serenidad y su amor. Son recuerdos que permanecen vivos en mi mente.
Me gustaría decir a todos aquellos que se sienten inútiles: ¡No se desanimen! ¡Vuélvanse a Dios! Él los ama y quiere hacerles participar en su obra de amor. Quiere llegar a otras personas mediante su vida y su testimonio. Por la gracia de Dios ustedes pueden ser testigos vivos de lo que su amor hace en los que depositan su confianza en él. No dejen de orar. Como respuesta a la oración, Dios hace grandes cosas que traen felices consecuencias, incluso durante varias generaciones.
El ocaso de la vida es una etapa muy importante de nuestro paso por esta tierra. El punto esencial es, evidentemente, ser liberado de sus pecados, conocer a Jesús como su Salvador y tener la vida eterna. Entonces, jóvenes o ancianos, tenemos la certeza de pertenecer a él, quien nos prepara para la eternidad».
El testimonio de una vida de confianza en Dios indica el camino a seguir y anima a todos los que saben tenerlo en cuenta.


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

jueves, 2 de febrero de 2012

MENTE RENOVADA, BENDICION ASEGURADA

Ritchie Pugliese

La manera de pensar de una persona es la clave para que ella alcance en la vida, el éxito o el fracaso, plenitud o frustración. La manera de pensar está determinada por las ideas, la ideología, conceptos y estructuras que recibimos de nuestra propia idiosincrasia y cultura, sea buena o mala.

La Biblia habla sobre la mente y enseña que el ser humano está constituido por lo que piensa. Proverbios 23:7 dice “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. Cada pensamiento que viene a nuestra mente desarrolla una imagen que da lugar a una creencia, a un sentimiento y a una acción.

La ciencia ha comprobado que lo que domine nuestra mente dominará nuestros pensamientos, y lo que domine nuestros pensamientos dominará toda nuestra vida. La psicosomatología estudia la relación que existe entre el cuerpo y la mente y la influencia que ésta ejerce sobre el cuerpo.

Está comprobado científicamente que una mente enferma puede crear un cuerpo enfermo. De allí sale el dicho “mente sana, cuerpo sano”.

Más allá de lo que diga la ciencia esta lo que dice el Dios Todopoderoso, el cual creó al ser humano como una unidad pneumo-sico-somática (espíritu-mente y cuerpo) y estipuló que lo espiritual gobierne y afecte a todo lo demás. Si la parte espiritual está enferma, todo lo demás se resentirá.

Debido a que el ser humano vive lejos de Dios y en el pecado, su forma de pensamiento se ha desfigurado del ideal de Dios y no puede pensar lo que Dios quiere que piense. Por eso necesitamos como Pueblo de Dios aprender a renovar la mente bajo el poder del Espíritu Santo y la autoridad de la Palabra del Señor para poder pensar como Dios quiere, pues si tenemos una mente renovada tendremos bendición asegurada.

Existen 8 formas básicas de pensamiento que debemos aprender a desechar de nuestras vidas si anhelamos tener una mente renovada:

1. La mentalidad del fracasado: Es aquel que piensa que nunca nada le saldrá bien en la vida.

2. La mentalidad del frustrado: Es aquel que falló en algo y a partir de ese momento cree que todo será igual.

3. La mentalidad del negativo: Es aquel que llena su mente de pensamientos destructivos y derrota. No puede ver nada positivo.

4. La mentalidad del pesimista: Es aquel que es superado fácilmente por los problemas y adversidades de la vida.

5. La mentalidad del débil: Es aquel que no tiene fuerza de carácter y es vulnerable a cualquier otra forma de pensamiento. Sigue lo que dice la mayoría.

6. La mentalidad del Acomplejado: Es aquel que en el pasado recibió la burla y el menosprecio de los demás y ha quedado “marcado” para toda la vida. Se cree inferior a todos.

7. La mentalidad del Atormentado: Es aquel que inventa imágenes de situaciones trágicas o de desgracia continua.

8. La mentalidad del temeroso: Es aquel que le tiene miedo a todo, hasta a su misma sombra.

Debemos reconocer que aún nosotros los cristianos muchas veces vivimos con esas formas de pensamientos recién mencionados. Otros viven permanentemente asediados por estos pensamientos destructivos y viven muy por debajo de todo lo hermoso que el Señor ha diseñado para ellos.

Todas estas formas de pensamiento por cierto son mentirosas y contrarias a lo que dice la Palabra de Dios y en la medida que las aceptemos como válidas, destruirán nuestras vidas y todo lo que nos rodea. La solución a todo esto no es solamente tener pensamientos positivos o poder mental. Eso está en completo desacuerdo con las Sagradas Escrituras. La solución verdadera la encontramos en la Palabra de Dios y ella nos dice que debemos aprender a renovar la mente haciendo dos cosas: 1) Extirpar de nuestra mente aquellos pensamientos que no coinciden con la Palabra de Dios y 2) Adaptar a nuestra forma de pensar la manera de pensar del Señor.

Romanos 12:2 dice algo referido a esto: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.


La única manera de cambiar nuestra manera de pensar es haciendo caso a la Palabra de Dios. Ella nos dice en este pasaje que debemos renovar nuestra manera de pensar pues haciendo eso podremos comprender la voluntad de Dios para nuestras vidas, que es buena, agradable y perfecta.


La mente renovada es aquella que esta únicamente abierta a los pensamientos de Dios y no da lugar a los pensamientos contrarios a la Palabra de Dios. ¿Cuáles son los pensamientos de Dios? Sus gloriosas promesas, registradas en su Palabra. La Biblia es la expresión de los pensamientos de Dios.


Lamentablemente muchos cristianos viven atormentados por pensamientos mentirosos del diablo y nunca han aprendido a extirparlos y a cambiar su manera de pensar. La propuesta de Dios en cambio es darnos paz mental para que vivamos en victoria continua. Isaías 26:3 dice “tu guardarás en completa paz aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado”.


Cuando nuestros pensamientos perseveran en el Señor experimentamos completa paz. Note que dice “en ti persevera”. No es cuestión de pensar unos minutos sino mantenerse constantemente pensando en las promesas de la Palabra de Dios. Cuando aprendemos hacer esto, el enemigo ya no puede torturarnos ni engañarnos y se retira vencido.


Debemos ejercitarnos en no llevar nosotros nuestras propias cargas sino descargarnos en oración ante el Señor. Cuando hacemos esto algo sucede posteriormente, como lo afirma Filipenses 4:6-8 “la paz de Dios guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos... por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre. Si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Aquí encontramos recopilado todo lo que sí debemos pensar para mantener la paz mental y tener una mente renovada llena del Espíritu Santo. Haciendo esto cerramos toda puerta para que el enemigo no nos seduzca ni engañe con sus mentiras disfrazadas.

A veces bajo el pensamiento equivocado de “no se puede ser perfecto en la vida y nunca alojar algunos pensamientos contrarios a la Palabra de Dios” damos lugar al enemigo y se crean en nuestra mente no sólo pensamientos nocivos sino también las fortalezas del diablo. Existe un gran peligro por no renovar la mente con el poder del Espíritu Santo y la autoridad de la Palabra de Dios.


En la antigüedad las fortalezas o castillos eran aquellas edificaciones hechas de paredes protectoras anchas y sólidas, construidas piedra sobre piedra. Las fortalezas espirituales del diablo se forman en la mente de manera similar: Se forman por la reiteración (piedra sobre piedra) continua de sus mentiras y se va formando alrededor de la mente una muralla.


El objetivo de Satanás es la conquista de nuestra mente y su estrategia es colocar en nuestros pensamientos sus mentiras disfrazadas para que no nos demos cuenta que son y provienen de él. ¿Va entendiendo cómo opera la secuencia destructora del enemigo? Viene primero a nuestra mente un pensamiento contrario a la Palabra de Dios, este da lugar a una idea (el pensamiento se asienta en la mente), luego se transforma en un concepto (creo la mentira) que da lugar a un argumento (es el pensamiento expresado para refutar la verdad de Dios) y se transforma en una fortaleza donde el enemigo prácticamente gobierna la mente.


Gracias a Dios todo esto puede impedirse si tomamos en cuenta lo que dice la Palabra de Dios en 2 Corintios 10:4-5 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia en Cristo”.


Tenemos armas suficientes para impedir que alojemos en nuestra mente pensamientos contrarios a la Palabra de Dios. Con el poder del Señor podemos destruir las fortalezas y derribar todo argumento orgulloso que se levante intentando negar la eficacia de las promesas de Dios registradas en la Biblia.

El Señor tiene solamente para nosotros pensamientos de bienestar. Su Palabra así lo afirma en Jeremías 29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” ¿Puede creerlo? Estos pensamientos están revelados y contenidos en sus preciosas y grandísimas promesas, las cuales aunque pasen los tiempos y las edades nunca pasarán (Mt. 24:35).

Es tiempo de dejar de creer las mentiras del diablo y decidir renovar nuestra manera de pensar en el Señor, pues una mente renovada, ¡es bendición asegurada!

miércoles, 1 de febrero de 2012

¡POBREZA NUNCA MAS!

Juan 2:7 dice:
«Jesús dijo a los sirvientes:--Llenen de agua las tinajas. Y los sirvientes las llenaron hasta el borde. --Ahora saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete --les dijo Jesús. Así lo hicieron. El encargado del banquete probó el agua convertida en vino sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Entonces llamó aparte al novio y le dijo: --Todos sirven primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido mucho, entonces sirven el más barato; pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora. Ésta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él.»

Escasez es algo exterior, es ausencia de recursos. Pobreza es un estado interior, es estrechez mental. La escasez se alimenta de la pobreza, cuando tienes pensamientos estrechos. Dios nunca te va a dar recursos sin antes cambiar tu mentalidad, porque si tu mentalidad es estrecha y Dios te da recursos, los vas a volver a perder, porque vas a tener mentalidad pobre. Pobreza es un estado mental de maldición; quiere que nadie viva en pobreza.

Pobreza: estrechez mental.
Escasez: ausencia de recursos.

¿Cuál es la fantasía que tenemos todos? "Cuando yo tenga dinero seré feliz, si yo tuviese plata...", y ese es un gran engaño, porque hay personas que tienen millones, hay personas que tienen muchísimo dinero, hay personas que tienen un buen sueldo, y viven ansiosas, preocupadas. ¿Cómo puede ser? Una persona no tiene para comer y está preocupada, pero hay gente que gana bien, o tiene dinero de más, pero también está preocupada y ansiosa. El tema dinero es exterior, y ese no es el asunto; el asunto es la pobreza, la estrechez mental.

1. En el nombre de Jesús cancelamos todo espíritu de preocupación que te ha llevado a controlar finanzas y a no disfrutar; cancelamos esa maldición.
2. Cancelamos todo miedo a no haber vivido, que te ha llevado a derrochar. Declaro que podrás ahorrar para tus hijos y para los hijos de tus hijos.
3. Cancelo toda inseguridad que te ha llevado a acumular y a ahorrar pero a no dar, te ha cerrado el espíritu; yo cancelo esa inseguridad en el nombre de Jesús.
4. Cancelo toda bronca hacia los ricos, hacia las finanzas, hacia los sistemas humanos falibles.
5. Cancelo toda bronca hacia el dinero, y Dios pone paz en tu corazón para aceptar el vino de él: prosperidad y abundancia para ti y para que bendigas a otros.
6. Cancelo todo vacío interior que te ha llevado a tener dinero para que los demás te miren y te aplaudan; cancelamos ese vacío.
7. Cancelamos todo infantilismo que te ha llevado a administrar mal las finanzas, a no multiplicar dinero, a no atraerlo, a no saber administrarlo, lo cancelamos.
Hoy nos llenamos del agua que es tu Palabra, y declaramos que la fiesta no se termina, que disfrutaremos cada momento y capturaremos cada kairos; que pensaremos con tus pensamientos.


Declaramos que te necesitamos Señor. No hay bien para nosotros fuera de ti.
Declaramos que los religiosos serán libres, que los lastimados sanados, que los pobres enriquecidos.

¡Fuera pobreza en el Nombre de Jesús!

Amén y amén.