jueves, 2 de febrero de 2012

MENTE RENOVADA, BENDICION ASEGURADA

Ritchie Pugliese

La manera de pensar de una persona es la clave para que ella alcance en la vida, el éxito o el fracaso, plenitud o frustración. La manera de pensar está determinada por las ideas, la ideología, conceptos y estructuras que recibimos de nuestra propia idiosincrasia y cultura, sea buena o mala.

La Biblia habla sobre la mente y enseña que el ser humano está constituido por lo que piensa. Proverbios 23:7 dice “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”. Cada pensamiento que viene a nuestra mente desarrolla una imagen que da lugar a una creencia, a un sentimiento y a una acción.

La ciencia ha comprobado que lo que domine nuestra mente dominará nuestros pensamientos, y lo que domine nuestros pensamientos dominará toda nuestra vida. La psicosomatología estudia la relación que existe entre el cuerpo y la mente y la influencia que ésta ejerce sobre el cuerpo.

Está comprobado científicamente que una mente enferma puede crear un cuerpo enfermo. De allí sale el dicho “mente sana, cuerpo sano”.

Más allá de lo que diga la ciencia esta lo que dice el Dios Todopoderoso, el cual creó al ser humano como una unidad pneumo-sico-somática (espíritu-mente y cuerpo) y estipuló que lo espiritual gobierne y afecte a todo lo demás. Si la parte espiritual está enferma, todo lo demás se resentirá.

Debido a que el ser humano vive lejos de Dios y en el pecado, su forma de pensamiento se ha desfigurado del ideal de Dios y no puede pensar lo que Dios quiere que piense. Por eso necesitamos como Pueblo de Dios aprender a renovar la mente bajo el poder del Espíritu Santo y la autoridad de la Palabra del Señor para poder pensar como Dios quiere, pues si tenemos una mente renovada tendremos bendición asegurada.

Existen 8 formas básicas de pensamiento que debemos aprender a desechar de nuestras vidas si anhelamos tener una mente renovada:

1. La mentalidad del fracasado: Es aquel que piensa que nunca nada le saldrá bien en la vida.

2. La mentalidad del frustrado: Es aquel que falló en algo y a partir de ese momento cree que todo será igual.

3. La mentalidad del negativo: Es aquel que llena su mente de pensamientos destructivos y derrota. No puede ver nada positivo.

4. La mentalidad del pesimista: Es aquel que es superado fácilmente por los problemas y adversidades de la vida.

5. La mentalidad del débil: Es aquel que no tiene fuerza de carácter y es vulnerable a cualquier otra forma de pensamiento. Sigue lo que dice la mayoría.

6. La mentalidad del Acomplejado: Es aquel que en el pasado recibió la burla y el menosprecio de los demás y ha quedado “marcado” para toda la vida. Se cree inferior a todos.

7. La mentalidad del Atormentado: Es aquel que inventa imágenes de situaciones trágicas o de desgracia continua.

8. La mentalidad del temeroso: Es aquel que le tiene miedo a todo, hasta a su misma sombra.

Debemos reconocer que aún nosotros los cristianos muchas veces vivimos con esas formas de pensamientos recién mencionados. Otros viven permanentemente asediados por estos pensamientos destructivos y viven muy por debajo de todo lo hermoso que el Señor ha diseñado para ellos.

Todas estas formas de pensamiento por cierto son mentirosas y contrarias a lo que dice la Palabra de Dios y en la medida que las aceptemos como válidas, destruirán nuestras vidas y todo lo que nos rodea. La solución a todo esto no es solamente tener pensamientos positivos o poder mental. Eso está en completo desacuerdo con las Sagradas Escrituras. La solución verdadera la encontramos en la Palabra de Dios y ella nos dice que debemos aprender a renovar la mente haciendo dos cosas: 1) Extirpar de nuestra mente aquellos pensamientos que no coinciden con la Palabra de Dios y 2) Adaptar a nuestra forma de pensar la manera de pensar del Señor.

Romanos 12:2 dice algo referido a esto: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.


La única manera de cambiar nuestra manera de pensar es haciendo caso a la Palabra de Dios. Ella nos dice en este pasaje que debemos renovar nuestra manera de pensar pues haciendo eso podremos comprender la voluntad de Dios para nuestras vidas, que es buena, agradable y perfecta.


La mente renovada es aquella que esta únicamente abierta a los pensamientos de Dios y no da lugar a los pensamientos contrarios a la Palabra de Dios. ¿Cuáles son los pensamientos de Dios? Sus gloriosas promesas, registradas en su Palabra. La Biblia es la expresión de los pensamientos de Dios.


Lamentablemente muchos cristianos viven atormentados por pensamientos mentirosos del diablo y nunca han aprendido a extirparlos y a cambiar su manera de pensar. La propuesta de Dios en cambio es darnos paz mental para que vivamos en victoria continua. Isaías 26:3 dice “tu guardarás en completa paz aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado”.


Cuando nuestros pensamientos perseveran en el Señor experimentamos completa paz. Note que dice “en ti persevera”. No es cuestión de pensar unos minutos sino mantenerse constantemente pensando en las promesas de la Palabra de Dios. Cuando aprendemos hacer esto, el enemigo ya no puede torturarnos ni engañarnos y se retira vencido.


Debemos ejercitarnos en no llevar nosotros nuestras propias cargas sino descargarnos en oración ante el Señor. Cuando hacemos esto algo sucede posteriormente, como lo afirma Filipenses 4:6-8 “la paz de Dios guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos... por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre. Si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Aquí encontramos recopilado todo lo que sí debemos pensar para mantener la paz mental y tener una mente renovada llena del Espíritu Santo. Haciendo esto cerramos toda puerta para que el enemigo no nos seduzca ni engañe con sus mentiras disfrazadas.

A veces bajo el pensamiento equivocado de “no se puede ser perfecto en la vida y nunca alojar algunos pensamientos contrarios a la Palabra de Dios” damos lugar al enemigo y se crean en nuestra mente no sólo pensamientos nocivos sino también las fortalezas del diablo. Existe un gran peligro por no renovar la mente con el poder del Espíritu Santo y la autoridad de la Palabra de Dios.


En la antigüedad las fortalezas o castillos eran aquellas edificaciones hechas de paredes protectoras anchas y sólidas, construidas piedra sobre piedra. Las fortalezas espirituales del diablo se forman en la mente de manera similar: Se forman por la reiteración (piedra sobre piedra) continua de sus mentiras y se va formando alrededor de la mente una muralla.


El objetivo de Satanás es la conquista de nuestra mente y su estrategia es colocar en nuestros pensamientos sus mentiras disfrazadas para que no nos demos cuenta que son y provienen de él. ¿Va entendiendo cómo opera la secuencia destructora del enemigo? Viene primero a nuestra mente un pensamiento contrario a la Palabra de Dios, este da lugar a una idea (el pensamiento se asienta en la mente), luego se transforma en un concepto (creo la mentira) que da lugar a un argumento (es el pensamiento expresado para refutar la verdad de Dios) y se transforma en una fortaleza donde el enemigo prácticamente gobierna la mente.


Gracias a Dios todo esto puede impedirse si tomamos en cuenta lo que dice la Palabra de Dios en 2 Corintios 10:4-5 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia en Cristo”.


Tenemos armas suficientes para impedir que alojemos en nuestra mente pensamientos contrarios a la Palabra de Dios. Con el poder del Señor podemos destruir las fortalezas y derribar todo argumento orgulloso que se levante intentando negar la eficacia de las promesas de Dios registradas en la Biblia.

El Señor tiene solamente para nosotros pensamientos de bienestar. Su Palabra así lo afirma en Jeremías 29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” ¿Puede creerlo? Estos pensamientos están revelados y contenidos en sus preciosas y grandísimas promesas, las cuales aunque pasen los tiempos y las edades nunca pasarán (Mt. 24:35).

Es tiempo de dejar de creer las mentiras del diablo y decidir renovar nuestra manera de pensar en el Señor, pues una mente renovada, ¡es bendición asegurada!

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