viernes, 3 de febrero de 2012

SERVIR PARA ALGO

Plantados en la casa del Señor… Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes, para anunciar que el Señor mi fortaleza es recto.

Salmos 71:18; 92:13-15

« ¡Me encantaría servir para algo! Pero, ¿qué puedo hacer? ¡Ya no sirvo para nada! ¡Sólo soy una carga para mis hijos!». Quizás estos pensamientos lleguen a la mente de algunos ancianos. Permitan que uno más joven les dirija estas palabras: «A menudo creyentes ancianos me animaron por su fe, su fuerza interior, su serenidad y su amor. Son recuerdos que permanecen vivos en mi mente.
Me gustaría decir a todos aquellos que se sienten inútiles: ¡No se desanimen! ¡Vuélvanse a Dios! Él los ama y quiere hacerles participar en su obra de amor. Quiere llegar a otras personas mediante su vida y su testimonio. Por la gracia de Dios ustedes pueden ser testigos vivos de lo que su amor hace en los que depositan su confianza en él. No dejen de orar. Como respuesta a la oración, Dios hace grandes cosas que traen felices consecuencias, incluso durante varias generaciones.
El ocaso de la vida es una etapa muy importante de nuestro paso por esta tierra. El punto esencial es, evidentemente, ser liberado de sus pecados, conocer a Jesús como su Salvador y tener la vida eterna. Entonces, jóvenes o ancianos, tenemos la certeza de pertenecer a él, quien nos prepara para la eternidad».
El testimonio de una vida de confianza en Dios indica el camino a seguir y anima a todos los que saben tenerlo en cuenta.


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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