lunes, 14 de octubre de 2013

EL SEGURO DE VIDA



Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.
1 Juan 5:13


(Jesús dice:) El que… cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Juan 5:24

En ciertos países es obligatorio asegurarse en caso de enfermedades y accidentes. También se ofrecen otros seguros que no son obligatorios, como el seguro de vida que permite, en caso de muerte, dejar un patrimonio a los que sobrevivan. Por lo general ese capital se constituye mediante cotizaciones que uno paga regularmente a lo largo de su vida activa. Pero cada pago que éste hace, ¿no le recuerda que es susceptible de desaparecer en cualquier momento, el día que menos lo espera y a la hora que no sabe? (Lucas 12:46).
¿Pensó en suscribirse a un seguro para el más allá? Dios es quien le propone este seguro y le invita a suscribirse de todo corazón, sin esperar un momento más: “Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo” (1 Juan 5:11). Este seguro entra en vigencia a partir del momento en que usted acepte por la fe a Jesús como su Salvador personal. No tiene ningún costo; sólo es necesario creer: “El que cree en el Hijo (de Dios) tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).
No creer significa negarse a firmar el contrato que el Dios de amor le propone; al mismo tiempo se hace responsable de encontrarlo un día cara a cara como Juez y de pasar la eternidad en el tormento, lejos de él.
Sin negar la conveniencia de un seguro para los suyos, debemos repetirle que no olvide tomar gratuitamente el seguro que garantiza su futuro eterno.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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