ALIENTO DEL CIELO PARA CADA DIA
Meditación Diaria: 11/4/2008 1:54:01 AM
Meditación Diaria: 11/4/2008 1:54:01 AM
por RICARDO M. PUGLIESE
SILENCIO
JUAN 11: 6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
El episodio de la enfermedad, muerte y posterior resurrección de Lázaro, tiene para nosotros hoy una rica enseñanza, muy útil para enfrentar nuestros tiempos de imposibilidades. Lázaro estaba enfermo y sus hermanas, Marta y María, fueron a rogarle a Jesús que viniese a sanar a su hermano. Lo extraño del relato es que Jesús deliberadamente se quedó más tiempo demorado en el lugar antes de ir a hacer el milagro. Quizás usted, también como Marta y María, está enfrentando en este tiempo tiempos donde sus metas, anhelos, relaciones, expectativas, familia, economía, salud, están enfermas; es decir: Usted está rodeado de problemas extremos, ha orado y orado y nada parece suceder. ¿Acaso el Señor no ha oído el clamor? ¿Acaso el Señor nos dejará solos en medio de nuestras “enfermedades”? ¡Por cierto que no! Él ha escuchado nuestra oración desde el primer momento que le hemos buscado.
Lo que sucede es que Él quiere enseñarnos una lección: Los silencios de Dios no significan necesariamente una negación. Dios siempre trabaja en el silencio demorado, pues Él además de solucionar nuestros problemas quiere hacer algo en nuestras vidas durante el trayecto o proceso de esa espera silenciosa. Los silencios de Dios sirven para probar nuestra fe y confianza en Él, sirven para probar nuestra paciencia y si estamos dispuestos a esperar el tiempo que sea, con tal de recibir la bendición de Dios. Mientras nosotros estamos pensando solamente en la solución, Dios está pensando en bendecirnos doblemente: Supliendo nuestra necesidad e imprimiendo dentro de nuestro ser el carácter de Cristo, el fruto del Espíritu Santo.
CONFESION DE FE: DIOS ESTA TRABAJANDO EN MI VIDA Y SITUACION EN LOS TIEMPOS DE APARENTE SILENCIO DEMORADO.
ORACION: Señor, te pido en este día que me ayudes a entender tu poderoso obrar. Gracias porque ahora me doy cuenta que no sólo quieres bendecir mis situaciones, sino también mi vida interior. Amén.
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