sábado, 21 de mayo de 2011

EL MAYOR

La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra.

Proverbios 29:23

«El puente de Millau (Francia) es un proyecto descabellado, un desafío arquitectónico, una hazaña de la ingeniería, una proeza técnica y una aventura humana grandiosa. El puente de Millau es todo eso y algo más». Así se expresaba un periodista después de la inauguración de ese «puente que batió todos los récords» en diciembre de 2004 (altura máxima 245 m, anchura 32 m, longitud 2460 m), y añadía: «Hay una exageración que destaca o el orgullo o la genialidad humana, según se vea».
Habría muchos más ejemplos de avances técnicos, de los cuales el hombre siempre está listo para gloriarse, sin darse cuenta de que es Dios quien le da la capacidad para ello. “Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador” (Romanos 1:25).
En esto vemos claramente nuestra tendencia natural a engrandecernos, a buscar nuestra propia gloria, como los discípulos de Jesús (Lucas 22:24); cuando el Maestro iba a sufrir y a morir, ellos disputaban sobre quién de ellos sería el mayor. ¡Qué contraste con Jesucristo! “Siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo” (Filipenses 2:6-7). Él se humilló hasta morir en la cruz para salvarnos de una muerte eterna.
En vez de gloriarnos, seamos conscientes de la inmensidad de la gracia de la cual somos objetos y contemplemos la infinita grandeza de Dios. Esto nos llenará de humildad y adoración.


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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