miércoles, 25 de abril de 2012

COMO NIÑOS



Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Mateo 11:25; 18:2-3
Esta oración de Jesús (Mateo 11:25-26) es una alabanza dirigida a su Padre.  El motivo de dicha alabanza podría sorprendernos, pues da las gracias porque muchas cosas que están escondidas para los sabios y entendidos, son reveladas a los niños.
Quizá nos parece que hombres maduros entenderían mejor la Palabra de Dios que los niños.  Eso es cierto en lo concerniente al conocimiento del hombre o de la naturaleza.  Pero Dios se halla tan por encima de nosotros que no podemos acercarnos a él a través de nuestros medios humanos limitados.
La única manera de conocer a Dios es por la fe.  Esa fe es semejante a la confianza serena de un niño respecto a sus padres, la cual sencillamente consiste en creer en alguien que sabe lo que hace y que no se equivoca.
Incluso si eso es difícil debido a nuestro orgullo, debemos abandonar nuestros razonamientos y aceptar simplemente lo que nos declara: somos pecadores, necesitamos un Salvador y por amor a nosotros el Hijo de Dios aceptó ser ese Salvador perfecto mediante el sacrificio de su vida en la cruz del Gólgota.
El niño que cree en sus padres aprende y comprende rápido; y los que creen en Dios también.  Entonces pueden asociarse a la alabanza de Jesús y bendecir a Dios por esta magnífica revelación de su amor.


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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