domingo, 1 de abril de 2012

¡QUIERO LAS BENDICIONES DE DIOS PARA MI PAIS!

Por Ritchie Pugliese

En la Biblia existen promesas de bendiciones destinadas a los que siguen y sirven a Dios, las cuales están condicionadas a la obediencia.

La obediencia puede ser personal, pero muchas veces Dios se refirió a todo el pueblo para que ellos decidiesen obedecer juntamente. De hacerlo, ellos experimentarían lo que se conoce como las bendiciones nacionales de Dios.

La actitud de obediencia es para Dios, la que le abre o le cierra las puertas a una ciudad o nación, para recibir o perder las bendiciones prometidas en la Sagradas Escrituras.

Existen muchos pasajes bíblicos donde se revelan cuáles son las bendiciones que Dios tiene para aquella nación que le obedeciese.

¡Estoy seguro que estas bendiciones no sólo estuvieron reservadas para el pueblo de Israel de ayer, sino que también están disponibles para cualquier nación que se atreva y busque a Dios hoy!

En Levítico 26:1-13 se detallan cuáles son algunas de aquellas bendiciones que Dios quiere dar a Su pueblo nacionalmente.

Es interesante notar que el v.3 que dice: “Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra…” dando a entender claramente que hay una condición para recibir las bendiciones de Dios: Obediencia a lo que él dice en Su Palabra.

Obedecer es mucho más que afirmar o estar de acuerdo en algo. Implica practicar reiteradamente, como un buen hábito en la vida cotidiana, lo que sabemos que Dios quiere que hagamos.

La obediencia que agrada a Dios no está basada en el temor (“Si no hago esto, Dios me castiga”) o la imposición (“tienes que hacerlo, sino te vas a ir al infierno”), sino en el amor (“Voy a obedecer porque quiero agradar a Dios”).

Obedecer por temor, o por la fuerza, es lo que conduce a vivir una vida religiosa, vacía, pero no a experimentar una relación real de amor con Dios, la cual comienza cuando recibimos a Jesucristo en nuestro corazón como nuestro Salvador personal.

Muy bien, vayamos entonces a ver algunas de las bendiciones prometidas por Dios a nivel nacional, si le obedecemos, las cuales están detalladas en Levítico 26.

A medida que vayamos leyendo las citas bíblicas, comparemos lo que dice la Palabra de Dios con lo que actualmente vemos que está sucediendo en nuestros países.

PRIMERA BENDICIÓN: Salud ecológica
El v. 4 dice: “yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto;…”

SEGUNDA BENDICIÓN: Salud económica
El v. 5 dice: “Y la trilla os alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan en hartura y habitaréis seguros en vuestra tierra”

TERCERA BENDICIÓN: Seguridad personal
El v. 6 dice en la primera parte: “Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante:…”

CUARTA BENDICIÓN: Seguridad civil

La segunda parte del v.6 dice: “y haré quitar las malas bestias de vuestra tierra, y no pasará por vuestro país la espada:…”

QUINTA BENDICIÓN: Seguridad internacional
Los vv.7-8 dicen lo siguiente: “Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a cuchillo delante de vosotros: Y cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a cuchillo delante de vosotros.”

SEXTA BENDICIÓN: Honor y crecimiento
El v. 9 dice: “Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros:”

SÉPTIMA BENDICIÓN: Restauración y creatividad
El v. 10 dice: “Y comeréis lo añejo de mucho tiempo, y sacaréis fuera lo añejo a causa de lo nuevo:”

El Señor quiere derramar cada país estas siete bendiciones. El v. 13 dice también algo muy importante: “Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos; y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar el rostro alto.”

¡Caminar con Dios en obediencia nos saca de la servidumbre y la esclavitud, rompe aquellas cosas que nos han atado por mucho tiempo y nos hace andar con el rostro erguido (es conveniente aclarar que esta actitud no significa andar con soberbia, altivez u orgullo, pues Dios resiste a los soberbios, pero les provee Gracia a los humildes de corazón), caminando en victoria para la Gloria de su santo nombre!

Quiero invitarle por un instante a que usted otra vez, compare las bendiciones prometidas de Dios, a nivel nacional, con la situación actual de su país.

Lamentablemente tenemos que decir que hoy encontramos muchos de nuestros países sumergidos en severas crisis morales, financieras, sociales, religiosas, políticas, seguridad, salud, etc, que nos dan una idea de que hay que hacer algo para cambiar la situación. ¿Qué se puede hacer para cambiar las cosas? Existe un dicho que dice: “Primero, lo primero”.

Entonces, ¿Qué necesitamos hacer primero?:

La respuesta la encontramos en 2 Crónicas 7:14. Allí dice lo siguiente: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”

Cuando una nación se humilla ante Dios, reconociendo que está viviendo como ellos quieren pero no como Dios dice, y desean realmente cambiar de rumbo para hacer lo que Dios quiere, Dios promete hacer tres cosas:

1. Él oirá el clamor desesperado de esa nación

2. Él perdonará y limpiará los pecados de esa nación

3. Él sanará la tierra, el país

¡Son poderosas las cosas que el Señor hace cuando alguien se humilla y se dispone a vivir en obediencia a lo que él dice!

La Historia del Cristianismo nos muestra la eficacia de esta Palabra de Dios, al ver cómo ciudades, naciones, fueron tocadas por Dios como consecuencia de hacer un alto, examinarse y buscar el rostro de Dios, reconociendo que se habían desviado del camino, pero que querían arrepentirse y volver al cauce bendecido trazado por Dios en Su Palabra.

Quizás, en vez de quejarnos por todo lo malo que sucede en nuestro país, ¿No sería mejor hacer un alto para evaluarnos ante Dios a ver si estamos haciendo las cosas como él quiere? ¿No será éste el tiempo de comenzar a humillarse bajo la poderosa mano de Dios para que él nos exalte como nación cuando fuere tiempo?

Si usted ha recibido el impacto de esta palabra de Dios, le animo a compartirla en donde usted tenga influencia. Quizás lo que usted está leyendo en este momento pueda ser la semilla para que Dios produzca algo nuevo, por Su Espíritu, en su nación. ¿Puede creerlo?

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