martes, 9 de abril de 2013

JESUS COMO PROFETA



Jesús nazareno… poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo… le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.
Lucas 24:19-20


Fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados.
Lucas 24:46-47
Todos los que fueron testigos de la vida de Jesús reconocieron que no era un hombre como los otros. Además, si lo mataron, fue precisamente porque sus enseñanzas, su autoridad y sus milagros cuestionaban a todos. Sin embargo, muchos se habían dado cuenta de que Jesús era un profeta, el que había sido anunciado en el Antiguo Testamento.
Quizás esta también sea su opinión. No es necesario ser cristiano para afirmar que él era un profeta. Pero a lo mejor usted diga: «Qué me puede aportar un muerto ahora, aun cuando se trate de un profeta que todos reconocen como tal».
Precisamente Jesús no es un profeta como los demás… ¡Muchos testigos lo vieron resucitado, y aún hoy millones de hombres y mujeres afirman que vive con ellos! Por supuesto que murió, él, el único justo, por nosotros los injustos. Pero Dios, quien lo había enviado con este fin, aceptó su sacrificio como medio para reconciliarnos con él, ¡y lo demostró resucitando a Jesús! Por lo tanto, nos es posible hallar a Jesús y, por medio de él, conocer a Dios como un Padre que nos ama. ¿Acaso esto no es mucho mejor que lo que puedan proponernos las diversas religiones del mundo?
¿Qué opina de Jesús? ¿Qué significa él para usted? ¿Aceptó a Jesús, el Hijo de Dios, como el Salvador a quien necesita?

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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