viernes, 10 de junio de 2011

EL BIEN Y EL MAL

Todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.

Salmo 53:3



Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.

Romanos 3:23



Dejad de hacer lo malo; y aprended a hacer el bien.

Isaías 1:16-17

¿Cómo saber qué está bien y qué está mal? ¿Cuál es la diferencia? ¿Cuál autoridad decide entre lo que está bien y lo que está mal?
El razonamiento humano no nos aclara nada, más bien nos confunde. Dios declara: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo!” (Isaías 5:20). Es Dios quien nos da a conocer nuestro camino en medio del bien y del mal; y nos ha dado la conciencia como capacidad para hacer la diferencia.
Pero esta conciencia necesita una referencia. La Biblia es la Palabra de Dios. Jesús dice: “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Sólo ella pone en contraste sin equívocos lo que está bien y lo que está mal. ¡Esta es la referencia universal e invariable!
El problema es que el corazón humano está “dispuesto para hacer el mal” (Eclesiastés 8:11); no escucha de buena gana su conciencia, la cual lo advierte, y ésta se endurece cuando no se le hace caso.
Pero Dios no se cansa de invitar a escucharle y a obedecerle: “Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma” (Isaías 55:3).
“El que quiere amar la vida y ver días buenos… apártese del mal, y haga el bien” (1 Pedro 3:10-11).


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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