martes, 28 de junio de 2011

VENCIENDO EL RECHAZO

"Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece."

Juan 15:18-19

Todos estamos expuestos al desprecio. A medida que vamos creciendo en la revelación de la Palabra de Dios, nos damos cuenta que hay personas que nos van a aceptar y otras que no. Al Señor Jesús también se lo hicieron.

Fuimos formados y creados por Dios para la aceptación, no para el rechazo.

Como consecuencia, cuando somos rechazados en cualquier forma, nuestras emociones tienden a deprimirse. No permita que eso sea así. Cuando sea objeto de algún tipo de rechazo, no ceda espacio al enemigo en su corazón para que saque ventaja. No permita que sus pensamientos y emociones queden ligados a las palabras o actitudes que tuvieron en su contra.
Muchos dicen: "A mí el que me rechazó es el ser más querido, el ser más íntimo; jamás en la vida pensé que me podía hacer eso."


La Palabra de Dios nos dice que hasta los seres más amados, que son nuestros padres, alguna vez nos pueden llegar a abandonar, pero también dice que Dios jamás lo hará. Salmo 27:10 "Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá."


Dios siempre va a estar a su lado. Dios siempre va a extender una mano de ayuda. Dios siempre le abrirá una puerta de victoria. Sus emociones serán restauradas por el poder divino, por el poder sanador y milagroso de Dios.


Por eso es muy importante que su corazón esté lleno de la Palabra de Dios y no de amarguras, que usted pase tiempo en comunión con el Espíritu Santo y no meditando en lo que le hicieron.
El amor de Dios sanará sus heridas y será como un bálsamo que no dejará que herida alguna vuelva a engendrarse.


Levántese y deje de darle lugar en su cabeza a las palabras y actitudes de desprecio que tuvieron en su contra. ¡Échelas fuera en el nombre de Jesús! Muévase en el poder del amor sobrenatural de Dios y perdone. Dios está a su favor. No lo olvide.


Oración: Padre, perdono a todos aquellos que me rechazaron y extiendo sobre
ellos el amor que Tú me has dado. Ahora, recibo la sanidad de mis heridas
y tu restauración. En el nombre de Jesús. Amén y Amén.


Apóstol Juan. O. Crudo

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