domingo, 8 de enero de 2012

CRISTO MURIO POR NOSOTROS

Creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

Romanos 4:24-25

Un avión se estrelló en el Potomac, un río de los Estados Unidos. El equipo de salvamento no tardó en llegar. Un pasajero se aferró a unos restos del avión junto a cinco sobrevivientes más. El helicóptero de salvamento le lanzó una cuerda con un salvavidas; el hombre la tomó y enseguida se la pasó a uno de sus compañeros de infortunio. Cada vez que el helicóptero llegaba con un salvavidas, él hacía lo mismo, hasta que sus cinco compañeros fueron liberados del río. Cuando el helicóptero regresó al fin por él, ya era demasiado tarde: el bondadoso náufrago había sido engullido por las aguas.
Hubo Otro que se sacrificó hasta dar su vida por seres condenados a la perdición eterna debido a sus pecados. Ese Otro es Jesucristo. Cristo murió como nuestro sustituto, tomando así nuestro lugar en el juicio de Dios contra nosotros. Él “llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (1 Pedro 2:24).
Cristo murió para pagar la deuda por nuestros pecados, deuda que nosotros no podíamos pagar. Dio “su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45).
Cristo murió, “el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18). Fue hecho pecado por nosotros “para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21). Antes de que sea demasiado tarde, ¿no desea usted poner su confianza en Jesucristo? Su muerte y resurrección nos aseguran el perdón de Dios y la vida eterna.


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

No hay comentarios: