viernes, 7 de junio de 2013

CREER EN EL AMOR DE DIOS



De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:16


Nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor.
1 Juan 4:16
El misterio más grande de la vida es la vida misma. ¿Qué es la vida? Tan frágil y sin embargo tan preciosa… ¿Qué es la vida comparada con la existencia de todo el Universo, ese cosmos alucinante en medio del cual nuestro sol no es más que polvo?
De todo lo que conocemos sólo hay una cosa que está al mismo nivel de ese misterio: el amor. Entre el misterio de la vida y el amor hay vínculos profundos, un parentesco secreto. Pero el amor nos llega de Aquel que es la fuente de la vida, el Creador del Universo, es decir, de Dios.
Si queremos vivir en el sentido más profundo de la palabra, nos es necesario conocer a Dios, es decir, estar en relación con él, porque Dios es amor. Su amor no es algo abstracto sino algo personal, una voluntad de querer hacer el bien, fuerte y creadora, para cada uno de nosotros. Su amor vino a nosotros en la persona de Jesucristo. Él no permaneció distante, sino que se acercó a los hombres. No fue pasivo, sino que actuó y se entregó a sí mismo. Incluso si Jesús fue incomprendido, rechazado y entregado a muerte, su amor venció, pues Jesús dio su vida para llevarnos a Dios. Ahora cada uno debe recibirlo con agradecimiento. Fe es creer en el amor de Dios, y el que cree recibe la vida eterna.
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13).

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

No hay comentarios: