lunes, 7 de mayo de 2012

FUISTE CREADO PARA COSAS MAS GRANDES



Hay provisión y libertad financiera para tu vida.  Hay un tiempo de liberación sobrenatural para que todo sea transformado por el poder de Dios. 


Dios dice, en Isaías 46:9, en adelante, que él es el único Dios, y que nada hay semejante a él, que anuncia lo porvenir desde el principio. 


El hecho de que tú hayas nacido da fe de que hay algo ya establecido por lo que fue necesario que tú nacieras.  Hay algo que Dios ya estableció para lo cual tú has sido creado y llamado. 


Antes de que Dios creara los peces, hizo el agua.  Antes de hacer las aves, hizo el cielo.  Antes de hacer los animales, hizo la tierra.  De la misma manera hizo Dios con Adán.  El Edén ya estaba listo, antes de que Adán existiera.  Adán no tuvo que buscar el Edén, no tuvo que luchar por él. 


Adán no tenía ni que orar.  Todo lo que Adán necesitaba estaba al alcance de su mano.


Lo que pasa es que desde que Adán pecó, todos estamos buscando el Edén.  Todos estamos buscando para qué fuimos creados.  Todos estamos buscando para qué nacimos.  Todos estamos buscando cuál es la atmósfera, el ambiente correcto, el lugar correcto para nosotros, aquello para lo que fuimos creados. 


Un pájaro no puede vivir en el agua.  Un pez no puede vivir fuera del agua.  Tú no puedes vivir en un ambiente para el que no fuiste creado.  Tú fuiste creado para triunfar, para la bendición, para progresar, para prosperar, para vivir en sanidad.  Por eso es que te molestas por la situación que estás viviendo, porque hay algo que te dice que tú no fuiste creado para eso, sino para algo más grande. 


Hay bendiciones que te van a alcanzar, pero hay otras por las que tú tienes que pelear. 


Cuando el pueblo de Israel salía a pelear, siempre esperaba ganar.  Y cuando no ganaba, se encerraban a preguntarle a Dios por qué habían perdido. 


Debes ser agradecido, pero no conforme.  Siempre que salgas, debes esperar ganar.  Y si no ganas, enciérrate y pregúntale a Dios por qué, sabiendo que Dios nunca será el que esté mal, sino tú.  Tendemos a espiritualizar las cosas diciendo: “es que no era la voluntad de Dios”.  Pues si no era la voluntad de Dios, te metiste en algo que no debiste meterte.  Tú debiste haber sabido que no era la voluntad de Dios, debiste orar antes. 


En una ocasión, Josué salió a pelear, y perdió.  Le preguntó a Dios qué había pasado, y Dios le dijo que Acán había robado del anatema.  Y Josué salió a buscar a Acán para que entregara lo que había tomado, decidido a que nada iba a hacer que perdiera cuando volviera a salir a pelear. 


¿Cuántas veces has cargado con cosas que tú sabes que te están haciendo perder, y lo has espiritualizado diciendo: “es que Dios no ha querido”, cuando realmente has sido tú quien no ha querido sacar el Acán que hay en tu vida?

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