viernes, 18 de mayo de 2012

NO TODO SE ACABA AHI


Un cirujano cuenta los últimos momentos de uno de sus colegas que murió de cáncer: «No sé cómo explicarme, le decía el enfermo… ¿Estás seguro de que todo se acaba ahí? Cuando se está ante la muerte, se ven las cosas de forma muy diferente.  ¡Reflexiona bien!».


       En el momento de la verdad, algunos valores que fueron perseguidos durante toda una vida repentinamente pierden su importancia; otros, que quizá fueron descuidados, toman gran valor.  Es fácil imaginar la angustia del que dio la espalda a Dios durante toda su existencia y que ve llegar el fin de su vida.  La pregunta le oprime el pecho... no sabe cómo decirlo: « ¿Estás seguro de que todo se acaba ahí?».  No, el cuerpo vuelve al polvo y el alma a Dios quien la dio.  Pero no todo se acaba ahí, al contrario, hay un nuevo comienzo: el de la felicidad perfecta junto a Jesús, o el de la desgracia de estar lejos de él eternamente.  « ¡Reflexione bien!», vale la pena.


       Pero, ¿Quiénes son los que van a Jesús cuando dejan este mundo? ¿Los mejores según la moral humana? ¡De ninguna manera! ¿Los devotos, según las normas de la religión llamada cristiana? Tampoco, sino los que han aceptado personalmente el sacrificio de Jesús.  Pero si el hombre desprecia la salvación simple y gratuita que Dios le ofrece, un día será el objeto del juicio divino por haber rechazado la gracia divina. 

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