jueves, 21 de julio de 2011

DIOS QUITA ASI COMO PONE

Dios a veces quita cuando me olvido de él y le reemplazo con otros dioses como son la fama, la riqueza y el orgullo

Señor, prometo aceptar tu voluntad cuando me quites, así como cuando me bendigas. Con frecuencia me he regocijado con las palabras: "Convierte el desierto en estanques de agua y la tierra seca en manantiales" (Salmos 107:35). Y es más, me he regocijado no sólo con la promesa, sino que en muchas ocasiones he disfrutado de la bendición. Un ejemplo de una promesa divina cumpliéndose es la nación de Israel. Así también hay muchas vidas que son testimonios vivientes del cumplimiento de la palabra divina.

Tú lo hiciste en mi vida, Señor, cuando primero escuché tu nombre y te entregué mi corazón. El desierto estéril floreció al comenzar a correr los riachuelos de vida a través de mi vida. El fruto y las flores comenzaron a crecer y la gente empezó a darse cuenta y a comentar de lo que sucedía. Esa fue una etapa muy bella de mi vida y sigue siendo así cada vez que tu agua viviente hace de mí algo floreciente y bello.

Pero de la misma manera como tú multiplicas, hay ocasiones en que quitas. Me puedes cargar con una abundante cosecha de fruto, pero también me puedes secar como si fuera algún esqueleto que se tragó el desierto. "Él convierte los ríos en desierto y las fuentes de aguas en tierra sedienta" (Salmos 107:33).

Dios a veces quita cuando me olvido de él y le reemplazo con otros dioses como son la fama, la riqueza y el orgullo. Puedo ser "dulce", así como Noemí en el libro de Rut, pero si me traslado al país de Moab, tierra de ídolos, me convierto fácilmente en Mara ("amargura"). Debo siempre recordar otros personajes bíblicos a quienes Dios disminuyó, tales como Herodes, Senaquerib, Nabucodonosor, Giezi, Faraón y Ananías y Safira.

En cambio, si cuido de mi relación con él, disfrutaré de lo poquito que tengo, lo cual me será multiplicado. Mi sequedad se convertirá en campo fértil y mi insignificante fuerza pondrá a correr a miles. Podré decir con David: "Contigo desbarataré ejércitos; con mi Dios saltaré murallas" (Salmos 18:29). Señor, haz que mi experiencia contigo sea siempre de multiplicación y no de disminución. Tú eres suficiente para esto Señor, ninguno más lo es.

"Yo iré delante de ti y allanaré las montañas. Romperé las puertas de bronce y haré pedazos los cerrojos de hierro" Isaías 45:2

Tomado de Celebrando a diario con el Rey, de W. Glyn Evans, ©DCI, Desarrollo Cristiano Internacional, 1998, p. 27. Todos los derechos reservados.

No hay comentarios: