sábado, 2 de julio de 2011

LA BENDICION DEL CUARTO DIA

por Ricardo M. Pugliese

En el Capítulo 11 de San Juan encontramos revelado un episodio impactante que tiene para nosotros un significado determinante. Es el popular relato de la resurrección de Lázaro, hermano de Marta y Maria, amigos de Jesús en el cual el Señor derramó Su poder y dejó establecida lo que he llamado “La bendición del Cuarto día”. El Señor como ayer, tiene también para nosotros hoy disponible la bendición del cuarto día.

Volviendo al relato bíblico, todo comienza en el v.1 cuando leemos que Lázaro estaba enfermo y sus hermanas le mandan avisar a Jesús para que viniese a sanarle (v.3). La respuesta de Jesús suena un poco extraña pues El dijo: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el hijo sea glorificado por ella.”. Aquí Jesús deja establecida una ley espiritual que se reflejaría en la faz natural: Lázaro no iba a morir y Dios sería glorificado con el accionar de Cristo.

Es muy probable que muchos de nosotros nos veamos reflejados en el personaje de Lázaro, donde tenemos circunstancias, situaciones, etapas de la vida donde todo pareciera estar enfermo y las cosas no andan tan bien como esperábamos. Preste atención a lo que sigue porque si usted se siente así hoy es un(a) candidato(a) seguro(a) a la bendición del cuarto día.

Muchas veces pensamos que cuando tenemos situaciones “enfermas” y recibimos una palabra de Dios, sea a través de la oración, la meditación de las Sagradas Escrituras, un sueño, una visión o una palabra profética por algún siervo de Dios, la solución llegará en forma inmediata. Decimos saltando de alegría: - ¡Dios me dio una palabra! – con la idea en mente de que en los próximos minutos nuestra situación sanará… pero no fue así lo que sucedió en el caso de Lázaro y es probable que tampoco haya sido así para usted. Usted recibió la palabra creyendo que todo se haría en forma inmediata…pero no sucedió nada, todo siguió igual… El Señor trabaja de otra manera, pues en el v.6 leemos que “Cuando oyó (Jesús), pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.” ¿Sabe cómo se llama lo que hizo Jesús? ¡Demora! Sí, Jesús sabiendo la necesidad de Lázaro y sus hermanas, no corrió para hacer las cosas a las apuradas sino que no hizo nada y demoró su llegada a propósito. Es en este punto donde muchos nos ponemos nerviosos, desesperados y empezamos a correr el riesgo de decepcionarnos de Dios. Si no sabemos cómo Dios se mueve podemos ser confundidos en el proceso y perdernos la bendición final del Señor. Dios es un Dios de procesos y siempre El quiere enseñarnos algo poderoso en el trayecto hacia la obtención de Su bendición. ¿Se siente usted en este tiempo confundido debido a que Dios se está demorando en responderle algo que le prometió en Su Palabra? ¿Se siente ya al borde de la desesperación pues en la situación enferma que está ya no puede seguir más?

A esta altura de los acontecimientos leemos en el v.14 que Jesús mismo declara: “Lázaro ha muerto…” Ya Lázaro no estaba enfermo sino muerto. Durante el silencio de Dios aquí en la tierra es probable que lo que considerábamos enfermo ahora esté completamente muerto y sin esperanza. Dios le había dado una palabra, usted había creído y confesado esa palabra, pero las circunstancias empeoraron… siente en este punto que todo ha muerto, todo se ha terminado…

Es en ese proceso, cuando Dios va a aparecer en la escena para glorificar su Nombre. Humanamente hablando esto es imposible de comprender pues bajo nuestro punto de vista pensamos: - ¿Para qué esperar a que algo muera si se puede resolverlo cuando está enfermo? ¿Para qué esperar? ¿Ha estado pensando de esta manera en este último tiempo?

El v.17 dice que Jesús recién apareció a “ver” a Lázaro cuando éste ya hacia cuatro días que estaba muerto. El pasaje dice que no sólo estaba muerto sino ya en el sepulcro. Muchos de nosotros podemos encontrarnos así, que nuestros sueños, anhelos, y palabras proféticas no sólo no se cumplieron sino que están bien enterrados en el olvido. Así pensamos los seres humanos, pero no Dios…

Rodeados por situaciones que destruyen nuestra fe, Jesús aparece en la escena para glorificar su nombre en medio de las siguientes situaciones:
1. 11:17 Lázaro estaba muerto y enterrado en el sepulcro
2. 11:19 La gente estaba resignada dando palabras de resignación
3. 11:21 Marta cuando ve a Jesús se quejó
4. 11:24 Marta tenía esperanza en el futuro, pero no fe en Jesús para el presente
5. 11:31 Había un profundo y pesado ambiente de tristeza y muerte
6. 11:32 María pensaba que Dios le había fallado por llegar tarde

Quizás usted se encuentre a la fecha en medio de la misma “atmósfera pesada” en la que Jesús se vio rodeado, todas sus situaciones están muertas, los que le rodean le sugieren resignarse, vive con quejas y dudas y cree que el Señor no ha llegado a tiempo para ayudarle… ¿Le suena familiar todo esto en su situación actual?

La Actitud de Jesús
Cuando atravesamos tiempos así podemos llegar a pensar que Dios se olvidó de nosotros, que no nos ama, ni piensa en nosotros, etc. ¡Todo esto puede dar vueltas sobre nuestras cabezas si no entendemos la dinámica espiritual de cómo Dios se mueve! Dios no se complace en que los suyos sufran y se duelan; Dios no es un Dios tirano que se deleita en el dolor de sus hijos. Lea los pasajes siguientes para que pueda entender como siente el Señor:
1. 11:33 “Se estremeció en espíritu y se conmovió”
2. 11:35 “Jesús lloró”
3. 11:38 “Profundamente conmovido”

En los tiempos en los cuales todo ya está muerto y sepultado, no crea los pensamientos mentirosos del enemigo que le dicen que Dios se olvidó de usted y que usted no vale nada para Él, ni que El no lo tiene en cuenta. Dios es un Dios de amor y además es Dios fiel para cumplir la palabra. El había dicho en 11:4 que esta situación no era para muerte sino para glorificar a Dios a través suyo. Debemos aprender a entrenar nuestra fe, a creerle a Dios, aunque parezca que todo lo que vemos esté muerto y sepultado. Si usted hoy se encuentra con su vida y situación en este preciso lugar, ¡La bendición del cuarto día está muy cerca suyo!

La Bendición del Cuarto Día
En la Palabra de Dios nada fue escrito al azar o por casualidad sino con propósito. Leemos en 11:39 que “Dijo Jesús: quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.”. En la simbología bíblica el número cuatro significa algo importante, pero antes de explicarlo permítame decirle que el “cuarto día” es el día siguiente del “tercer día”. En este último tiempo se ha estado hablando proféticamente acerca de la bendición del tercer día profético de Dios, refiriéndose al Tercer Milenio y al año 2003. Muchos creyentes de todo el mundo habían recibido palabras proféticas de que en el día tercero (año 2003) verían cumplidas las poderosas promesas que Dios les había dado, pero para muchos el año 2003 fue quizás uno de los peores años de su vida donde fueron atacados despiadadamente por el enemigo, causándoles dificultades financieras, problemas físicos, luchas ministeriales, falta de recursos, esterilidad, estancamiento, etc. El diablo, sabiendo lo prometido por Dios para el año 2003, ha intentado detener en los aires la llegada de la bendición del Señor originando verdaderos estragos en la vida de los hijos e hijas de Dios…pero ¿Sabe una cosa? Dios no es un Dios carente de recursos. Cuando Dios habla, cumple y no hay diablo que pueda impedirlo. Es por eso que Dios en este tiempo nos quiere bendecir en el cuarto día profético de Dios. ¡Lo que fue retenido en el tercer día, lo recibiremos en el cuarto día!
Volviendo a la simbología bíblica, el numero “4” representa: Reinar, crear (en el cielo y en la tierra) como lo revela Génesis 1:16-19 al referirse al cuarto día de la creación:

“E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana del día cuarto.”

Entonces…
El numero “4” da la idea de la creación Divina de algo en los cielos para bendecir la tierra; fue en el día cuarto cuando Dios creó “algo arriba” para manifestarlo “abajo” en la tierra.

No sé si va entendiendo lo que el Espíritu Santo le está diciendo a usted en este día. Es en el día cuarto (año 2004) que Dios está creando algo en Su presencia para revelarlo a fin de bendecir a los suyos en la tierra. Fue en el día cuarto que Jesús dijo, frente al sepulcro de Lázaro, el cual ya estaba no sólo muerto sino aún en estado de putrefacción: “… ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” ¡El cuarto día es el tiempo exacto para ver desplegada la Gloria de Dios!

Si usted se encuentra que su vida y situaciones no sólo están muertas sino que ya están dando “mal olor”, ¡sepa hoy que ese no será su estado permanente sino que Dios será fiel para intervenir para resucitarle y darle vida!

La secuencia de la bendición del Cuarto día
En 11:41 Jesús ordenó quitar la piedra de la cueva donde estaba el sepulcro de Lázaro y en 11:43 dio la orden: “Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro ven fuera!
¿Qué fue lo que sucedió?
• Lázaro resucitó
• Lázaro dejó de dar olor putrefacto
• Lázaro salió del sepulcro
• Lázaro salió de la cueva

La bendición del cuarto día tiene dos etapas, y así como sucedió con Lázaro va a sucederle a usted también en este tiempo. La primera fue que Jesús demostró que El es la Resurrección y la Vida (11:25). Dios resucitó a Lázaro, le dio vida e hizo que su corazón vuelva a latir y que la sangre comenzara otra vez a recorrer su cuerpo, eliminado todo el olor nauseabundo de la muerte. ¡Esto es lo que Dios hará con usted! En un instante preciso de Dios, en Su tiempo oportuno y determinado, el ejecutará la Palabra que le dio hace tanto tiempo para que se cristalice en la tierra. Usted, por la Palabra del Señor, resucitará y tendrá nueva vida. ¡Piense en su vida y situación, que serán totalmente cambiadas de su muerte y putrefacción actual! ¡Es el poder de Dios obrando sin límites sobre nuestras vidas!... pero aquí no termina la bendición del cuarto día, pues ésta tiene una segunda etapa, la cual la encontramos en 11:44

“Y el que había muerto salió atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.”

En este punto Lázaro estaba vivo otra vez, pero impedido de caminar normalmente, pues la costumbre de la época era envolver al muerto como si fuera una momia. Lázaro estaba vivo pero necesitaba ser desatado. El Espíritu Santo le está diciendo a Usted en este día que la bendición del cuarto día que está viniendo sobre su vida hará que Jesús también dé la orden para que otros vengan y nos desaten. No me refiero a ligaduras espirituales sino que Dios va a enviarnos gente de cualquier lugar, gente conocida o desconocida, creyente y aún inconversa para que nos “desaten”, es decir, nos ayuden a salir de la situación imposible en la cual estamos para impulsarnos a cumplir nuestro destino en Dios. Ellos serán utilizados por Dios para que podamos ir a cumplir el destino que Dios nos había revelado de antemano. Dios en este tiempo pone en su camino personas que le ayudarán a que usted siga el camino precioso y bendecido que El le ha prometido. Dios utilizó a Faraón y al copero para desatar a José de la cárcel, y soltarlo para que éste lograse el sueño que Dios le había revelado muchos años atrás; Dios utilizó al Apóstol Pablo para desatar a Timoteo y liberarlo a fin de que este pudiera llegar a ser un pastor efectivo; Dios utilizó en Hechos 13 a los Profetas y Maestros, guiados por el Espíritu Santo por cierto, para desatar y soltar a Pablo y Bernabé al campo misionero. Dios no hace acepción de personas y si él lo hizo en el pasado con sus hijos tiene el mismo poder para hacerlo hoy con nosotros Su pueblo redimido.

¡La bendición del Cuarto día esta llegando a su vida, así que levántese en el Nombre del Señor y créale al Dios que le prometió que será fiel, no sólo para resucitarle a usted y a sus circunstancias, sino también para poner a personas en su camino que lo “desaten” para que usted siga adelante en la carrera espiritual que El Señor ha trazado en su vida, con su bendición!

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