martes, 15 de noviembre de 2016

MI ABUELA ME DIJO...

(El apóstol Pablo dijo a Timoteo:) Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela... y en tu madre.
2 Timoteo 1:5
Contando a la generación venidera las alabanzas del Señor, y su potencia, y las maravillas que hizo.
Salmos 78:4
 
 
La oficina de la Misión de los marineros, en Seward, es una estación muy apreciada por el personal de los barcos transatlánticos que atracan en ese puerto de Alaska. Todo marinero, sea cual sea su nacionalidad, encuentra en ese lugar una calurosa bienvenida, descanso, la posibilidad de llamar por teléfono o de enviar un correo a los suyos. Hay Biblias y literatura cristiana en muchos idiomas y dialectos. Para algunos es el primer contacto con la Palabra de Dios, para otros es un regreso al pasado.
Cierto día un marinero, maravillado ante una exposición de Biblias, las observaba una y otra vez, hasta que al fin escogió una Biblia polaca para niños. Empezó a leerla con interés. «Mi abuela siempre me leía historias de esta Biblia ilustrada», me dijo. Al ver su expresión, comprendimos que hablaba de tiempos muy lejanos...
Frecuentemente los colaboradores de la Misión se sorprenden al oír a los marineros hacer referencia a la fe de su madre o de su abuela. Manifiestan cuánto influenciaron ellas sus vidas por su amor y su relación con Dios.
Se comprobó que en Rusia la fe sobrevivió principalmente gracias a las abuelas que guardaron viva la llama de la fe durante los siete decenios de prohibición.
Con valentía y amor, ellas enseñaron a sus nietos la verdad sobre Dios.
Abuelas, madres y hermanas: Sigan sin cansarse enseñando a sus niños lo que concierne al Señor Jesús.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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