lunes, 10 de diciembre de 2012

UN SALVADOR PERFECTO


Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate.
Salmo 49:7


En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre (aparte del de Jesús)… en que podamos ser salvos.
Hechos 4:12

Cristo es un Salvador perfecto. Salva completamente a los que se acercan a Dios por medio de él (Hebreos 7:25). Alguien que diga que uno se gana la salvación mediante acciones u obras, quita el valor de la obra de la cruz y la despoja de sus virtudes. Si la salvación dependiese de lo que somos o de lo que hacemos, estaríamos inevitablemente perdidos. La paz que el Evangelio nos da no descansa en parte en la obra de Cristo y en parte en la obra del hombre, sino total y únicamente en la obra de Cristo.
Muchas personas son como aquel intérprete de la ley que preguntó un día a Jesús: “¿Haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?” (Lucas 10:25). El hombre, incluso si reconoce que está perdido, quiere participar en su salvación y no deberla totalmente a otra persona, pero ahí está su error. Será salvo única y exclusivamente por el sacrificio de Cristo. La Biblia dice que estábamos “muertos en pecados” (Efesios 2:5). ¿Puede un muerto hacer algo para volver a la vida? No, así podemos agradecer a Dios de que nos haya amado tal como éramos y que enviase a su Hijo a “buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).
Amigos lectores, Dios no exige nada de ustedes. Lo único que pide es que se arrepientan y acepten simplemente el perdón de sus pecados mediante la fe en Jesucristo: “En ningún otro hay salvación”.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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