Aun en la risa tendrá dolor el corazón; y el término de la alegría es
congoja.
Proverbios 14:13
Regocijaos en el Señor siempre.
Filipenses 4:4
Una vez más, la sonrisa está
programada esta noche en la televisión. Esto empieza con los presentadores que,
exhibiendo un aire extasiado, alaban las cualidades de sus productos. Luego los
políticos sonríen de la manera más atractiva posible para hablar de las
ventajas que prometen si son elegidos.
¿Todo va tan bien para que la sonrisa se convierta en la norma? ¡Por supuesto que no! Además, basta con ver los programas informativos de noticias: atentados, corrupción y todo tipo de violencia ocupan gran parte del tiempo. Entonces, ¿por qué se presenta ese optimismo de fachada que no convence a nadie? Dejemos estos espejismos, estas ilusiones y volvamos a la lectura de la Biblia.
La única solución para experimentar una felicidad duradera, que no sea ficticia ni superficial, es acercarnos a Dios por medio de la Biblia. Él es todopoderoso y quiere bendecir a los que lo buscan. Como lo ha hecho a menudo, puede dar gozo y paz a un preso, paciencia a un enfermo, esperanza a una persona que pasa por grandes sufrimientos. Él quiere cambiar, no las circunstancias de nuestra vida, sino la manera cómo las vivimos. Invita a ir a él a todos los que están trabajados y cansados, para darles descanso (Mateo 11:28).
Respondamos a su invitación, recibamos su amor, aceptemos el don que nos ha hecho en la persona de su Hijo. Entonces podremos vivir confiada y apaciblemente las situaciones que él permite que atravesemos, alegrándonos por haber sido liberados “del presente siglo malo” (Gálatas 1:4).
¿Todo va tan bien para que la sonrisa se convierta en la norma? ¡Por supuesto que no! Además, basta con ver los programas informativos de noticias: atentados, corrupción y todo tipo de violencia ocupan gran parte del tiempo. Entonces, ¿por qué se presenta ese optimismo de fachada que no convence a nadie? Dejemos estos espejismos, estas ilusiones y volvamos a la lectura de la Biblia.
La única solución para experimentar una felicidad duradera, que no sea ficticia ni superficial, es acercarnos a Dios por medio de la Biblia. Él es todopoderoso y quiere bendecir a los que lo buscan. Como lo ha hecho a menudo, puede dar gozo y paz a un preso, paciencia a un enfermo, esperanza a una persona que pasa por grandes sufrimientos. Él quiere cambiar, no las circunstancias de nuestra vida, sino la manera cómo las vivimos. Invita a ir a él a todos los que están trabajados y cansados, para darles descanso (Mateo 11:28).
Respondamos a su invitación, recibamos su amor, aceptemos el don que nos ha hecho en la persona de su Hijo. Entonces podremos vivir confiada y apaciblemente las situaciones que él permite que atravesemos, alegrándonos por haber sido liberados “del presente siglo malo” (Gálatas 1:4).
© Editorial La Buena Semilla,
1166 PERROY (Suiza)
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