miércoles, 30 de agosto de 2017

¿MAÑANA SEREMOS TODOS INMORTALES?

Cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

1 Corintios 15:54

Así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
1 Corintios 15:2


Al parecer un equipo de investigadores descubrió un método para rejuvenecer las células humanas. Entonces surge la pregunta: ¿Y si pudiésemos convertirnos en inmortales gracias a los progresos de la ciencia? La esperanza de vida va creciendo año tras año, de modo que el hombre siempre espera llegar a alcanzar la inmortalidad, olvidando lo que Dios dijo al primer hombre en el huerto de Edén: “...el día que de él comieres (el árbol de la ciencia del bien y del mal), ciertamente morirás” (Génesis 2:17). Adán y Eva desobedecieron, la sentencia se ejecutó y cada día podemos verificarla.
El hombre se convirtió en un ser mortal. Su cuerpo, sacado del polvo, vuelve al polvo cuando muere, pero su espíritu vuelve a Dios (Eclesiastés 12:7). Cuerpo y espíritu serán reunidos nuevamente el día de la resurrección final, y todos los hombres tendrán que encontrarse con Dios. Para los inconversos, Dios será el Juez a quien deban rendir cuentas. Mas los creyentes serán recibidos por un Padre conocido y amado. Todos los seres humanos, ya sea condenados lejos de Dios, o felices junto a él en el cielo, existirán eternamente. ¡Es una solemne realidad! Unos conocerán los tormentos eternos, los otros ya tienen la vida eterna.
Lo que hace que una persona pertenezca a una u otra de estas dos categorías, no es la calidad de su conducta, sino el hecho de haber creído o haber rechazado a Jesucristo durante su vida en la tierra.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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