ALIENTO DEL CIELO PARA CADA DIA 191008

ALIENTO DEL CIELO PARA CADA DIA

Meditación Diaria: 10/19/2008 1:45:56 AM
por RICARDO M. PUGLIESE

OBEDECER

1 SAMUEL 15:22 “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.”

La palabra “sacrificio” generalmente la asociamos a ciertos ritos religiosos de la antigüedad, donde se ofrecían sobre un altar, animales o personas, para agradar a sus dioses. Existe una forma “moderna” de sacrificio que muchos la han tomado como un estilo de vida. Es aquella que intenta demostrarle a Dios, y convencerlo, de que somos personas “buenas” y piadosas.
Es por eso que nuestra relación con Dios sólo es una cuestión de formalismo y ritos, donde pensamos que “con ir un ratito el domingo a la iglesia ya está todo bien con Dios”, pero al salir sigo haciendo lo que se me da la gana. ¡Esta puede ser la forma de vida de un religioso, pero no la de un verdadero cristiano! Aquel que ha tenido un verdadero encuentro con Cristo (que es más, mucho más que una experiencia religiosa), vive cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada mes, y todos los años de su vida con el deseo de agradar a Dios. La única manera de agradar a Dios es obedeciéndole. No existe otra manera. A Dios no lo convencen nuestros sacrificios o esfuerzos, sino que Él se conmueve y bendice cuando ve la obediencia de su pueblo. Quizás usted haya vivido hasta este día de sacrificio en sacrificio pretendiendo agradar al Señor. Le invito a hacer un alto, para dejar el sendero del sacrificio, y entrar en el camino deleitoso de la obediencia. ¡Su vida cristiana será bendecida y renovada como jamás lo imaginó!

CONFESION DE FE: DECIDO CAMINAR EN ESTE DIA OBEDECIENDO AL SEÑOR

ORACION: Dame un corazón puro y limpio, Señor, para obedecerte en todo momento. Guárdame de los sacrificios hipócritas exteriores que pueden engañar a los que me rodean, pero no a Ti, pues Tú ves la intención del corazón. Amén.