jueves, 27 de enero de 2011

NO HAY LIMITES PARA QUE UNA ENFERMEDAD SANE

Para Jesús no hay fronteras

El mover de milagros también es para nuestro tiempo. En cierta ocasión, un hombre con una mano sin movimiento, totalmente paralizada desde hacía mucho tiempo, fue en su búsqueda a la sinagoga. ¡Era la oportunidad de encontrar sanidad! Había oído muchos testimonios y quería vivir la experiencia...

Jesús tenía claridad sobre su necesidad. "Pero él, que conocía sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano seca:--Levántate y ponte en medio. Él levantándole, se quedó en pie". (Lucas 6:8).

El Hijo de Dios no sólo estaba al tanto de los anhelos del lisiado, sino también, de la mentalidad cuadriculada de los religiosos de la época. Aquellos que—como ocurre en nuestro tiempo—ponen fronteras a Dios y se empecinan en asegurar que no existen milagros.

Aquel incidente iba a marcar la vida del hombre, pero igualmente pondría en evidencia el poder ilimitado de Aquel que todo lo puede.

Jesús quiere obrar en su vida

El Señor Jesús se preocupaba por el requerimiento de aquel hombre. Podía ofrecerle una respuesta a su necesidad y, bastó que apreciara en él un asomo de fe para colmar sus expectativas.

El Evangelio continúa diciendo que le dijo a los presentes: "Os preguntaré una cosa: ¿En sábado, es lícito hacer el bien o hacer el mal?, ¿Salvar la vida o quitarla? Y, mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Él lo hizo y su mano fue restaurada". (Lucas 6:9, 10).

Múltiples reacciones se produjeron entre los circundantes. Unos estaban molestos porque Jesús obraba una sanidad contraria a la disposición de "guardar el sábado", otros estaban sorprendidos, y un tercer segmento de espectadores, no salían de su asombro y gozo por lo ocurrido.

También para usted

Desconozco qué información haya recibido respecto de los milagros. Tal vez lo han bombardeado con comentarios desalentadores o le dijeron que para ser sano debe ir donde un evangelista famoso.

Hoy quiero darle una respuesta: ver cumplido un prodigio en su vida física y espiritual no es difícil. Basta ir al Señor Jesucristo en oración. Nada impedirá que Él se manifieste poderosamente. La respuesta a sus oraciones vendrá en el tiempo oportuno de Dios. No se desanime. Simplemente clame.

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