sábado, 3 de agosto de 2013

LA BIBLIA REALMENTE ES LA PALABRA DE DIOS



Para siempre, oh Señor, permanece tu palabra en los cielos.
Salmos 119:89


Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.
Salmos 119:18

La Biblia está compuesta por 66 libros repartidos entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, escritos durante un período de 1.500 años por unos cuarenta hombres. Éstos eran muy diferentes entre sí en cuanto a su rango social y a su cultura: un guía del pueblo (Moisés), un pastor (Amós), reyes (David, Salomón), sacerdotes (Esdras, Ezequiel), un recaudador de impuestos (Mateo), un médico (Lucas), unos pescadores (Pedro y Juan)… La Biblia, escrita por autores tan diversos en el transcurso de un período tan largo, presenta sorprendentemente una notable unidad, con un hilo conductor desde la primera hasta la última página, es decir, la persona de Jesucristo.
Su venida como Mesías prometido a Israel fue anunciada varias veces. El lugar, la época y las condiciones de su nacimiento fueron descritos con precisión. Su belleza moral, sus sufrimientos, su muerte, su resurrección y su gloria son anunciadas en el Antiguo Testamento mediante imágenes muy evocadoras.
Cientos de años después de haber sido acabado el Antiguo Testamento, la historia de la vida de Jesús fue escrita detalladamente en el Nuevo Testamento por varios testigos directos: su nacimiento milagroso, su muerte, su resurrección y su subida al cielo. Desde entonces sus caracteres morales fueron considerados como un modelo innegable.
Además, el Antiguo Testamento es aclarado por el Nuevo; por ejemplo, los sacrificios de animales prescritos a los israelitas eran una figura del único sacrificio capaz de borrar los pecados, es decir, el sacrificio de Jesucristo.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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