Hoy hemos visto que el Señor habla al hombre.
Deuteronomio
5:24
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros.
Juan
1:1, 14
Desde hace muchos años los investigadores de todas las
nacionalidades escrutan el Universo en busca de alguna señal de vida
extraterrestre. Con este objetivo han construido varios centros de observación
y comunicación espaciales, técnicamente muy avanzados. Se puede nombrar, por
ejemplo, el radiotelescopio de Arecibo, al norte de la isla de Puerto Rico, que
tiene una antena con un diámetro de 305 m. Se enviaron mensajes al espacio para
señalar la existencia del hombre, con la esperanza de recibir una respuesta
algún día…
Más allá del ámbito material, que cautiva a algunos de nuestros contemporáneos deseosos de saber si existen otras vidas en el Universo, recordemos que ya hemos recibido una señal de vida. Dios mismo nos envió ese mensaje mediante el cual desea entrar en contacto con los hombres. “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:1-2). Ésta es la voz que aún hoy debemos escuchar: al leer la Biblia, a través de la cual Dios se da a conocer como el que amó de tal manera al mundo, “que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Esta comunicación divina cambió la vida de todos los que la recibieron y la aceptaron. Y Dios continúa difundiendo su mensaje por todo el mundo mediante la Biblia. Ahora espera pacientemente una respuesta de cada uno de nosotros. ¿Cuál será la suya?
Más allá del ámbito material, que cautiva a algunos de nuestros contemporáneos deseosos de saber si existen otras vidas en el Universo, recordemos que ya hemos recibido una señal de vida. Dios mismo nos envió ese mensaje mediante el cual desea entrar en contacto con los hombres. “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:1-2). Ésta es la voz que aún hoy debemos escuchar: al leer la Biblia, a través de la cual Dios se da a conocer como el que amó de tal manera al mundo, “que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Esta comunicación divina cambió la vida de todos los que la recibieron y la aceptaron. Y Dios continúa difundiendo su mensaje por todo el mundo mediante la Biblia. Ahora espera pacientemente una respuesta de cada uno de nosotros. ¿Cuál será la suya?
© Editorial La Buena Semilla, 1166
PERROY (Suiza)
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