sábado, 9 de noviembre de 2013

EL DIOS INVISIBLE SE DA A CONOCER



Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Juan 4:24


(Cristo) es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles… todo fue creado por medio de él y para él.
Colosenses 1:15-16

El astrónomo inglés Isaac Newton (1642-1727) decía: «He visto pasar a Dios por delante de mi telescopio». El naturalista sueco Linné (1707-1778) también declaró: «Cuando escruté sus obras, vi pasar a Dios por delante de mí». El entomólogo francés Henri Fabre (1823-1915) pensaba lo mismo: «No puedo decir que creo en Dios, ¡lo veo!».
Tal vez usted crea que la existencia de Dios no es evidente. Es cierto, Dios es espíritu, invisible para el ojo de su criatura, pero “las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas” (Romanos 1:20). Esto fue lo que discernieron Newton, Linné, Fabre y muchos otros, científicos o no.
Si usted entra en una casa, simplemente con observar la decoración de las habitaciones, el tipo de muebles, sabrá algo de los que viven en ella. Al observar la belleza de la naturaleza, el esplendor de un cielo estrellado, el poder de las olas, la complejidad de las células humanas, usted sabrá algo de Dios.
Pero ese Dios invisible, que se dio a conocer parcialmente por la naturaleza, se reveló plenamente mediante la venida de su Hijo Jesucristo. Mandó escribir su Palabra, la Biblia, para usted. ¡Lea su mensaje! Si realmente desea conocer quién es Dios, su compasión, su amor, su verdad, vaya a Jesús, crea en él.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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