Os ha nacido hoy… un
Salvador, que es Cristo el Señor.
Lucas 2:11
El Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo.
1 Juan 4:14
Tomás respondió y le dijo (a Jesús): ¡Señor mío, y Dios mío!
Juan 20:28
¡El Evangelio
es realmente una buena noticia! “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna” (Juan 3:16). ¡Qué maravilloso resumen del Evangelio! Pero cuidado,
aunque Dios amó a todos los hombres sin excepción, cada uno de ellos debe creer
y aceptar personalmente el regalo del Hijo de Dios. La Buena Nueva es para
todos, tanto para usted como para mí. Pero Dios espera una respuesta personal
de cada uno. Jesús dijo al ciego a quien había sanado: “¿Crees tú en el Hijo de
Dios?” (Juan 9:35). ¿Cree usted? ¿Ha aceptado a Jesucristo como su Salvador
personal, como Aquel a quien necesita, el único por medio del cual puede
conocer a Dios como un Padre que le ama? Esto es suficiente para estar seguro
del perdón de Dios y disfrutar de sus cuidados paternales.
Pero la buena noticia no se detiene ahí, pues Jesucristo también quiere ser su Maestro, dirigir su vida. Tiene derecho a hacerlo porque es Dios y le redimió al precio de su preciosa sangre (1 Pedro 1:18-19). Le ama demasiado para dejarle hacer su propia voluntad, por ello le abre un camino nuevo y feliz. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2). Entonces, escuchando lo que él le dice en su Palabra, la Biblia, usted aprenderá a conocerle como su Salvador y Señor.
Pero la buena noticia no se detiene ahí, pues Jesucristo también quiere ser su Maestro, dirigir su vida. Tiene derecho a hacerlo porque es Dios y le redimió al precio de su preciosa sangre (1 Pedro 1:18-19). Le ama demasiado para dejarle hacer su propia voluntad, por ello le abre un camino nuevo y feliz. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2). Entonces, escuchando lo que él le dice en su Palabra, la Biblia, usted aprenderá a conocerle como su Salvador y Señor.
© Editorial La Buena Semilla, 1166
PERROY (Suiza)
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