domingo, 17 de abril de 2011

¿EN DONDE HABITA DIOS?

Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

Hebreos 11:16

Preparados están juicios para los escarnecedores.

Proverbios 19:29

Antiguamente Dios habitó en medio de su pueblo, Israel. Primero lo hizo en una tienda, en el desierto, y luego en un magnífico templo construido en Jerusalén.’
Pero su «casa» no se hallaba allí. Dios “habita en luz inaccesible” (1 Timoteo 6:16). Para designarla, Jesús emplea la expresión “casa de mi Padre” (Juan 14:2). La conoce bien, pues fue su propia morada desde siempre. Allí él era las delicias de su Dios y vivía eternamente gozoso ante él; además se alegraba “en la parte habitable de su tierra” (Proverbios 8:30-31). Ya veía la tierra habitada por seres humanos pecadores y perdidos, a los cuales él salvaría y los haría idóneos para vivir en la casa de su Padre. También dijo a sus discípulos: “En la casa de mi Padre… voy, pues, a preparar lugar”.
¡Qué maravilloso designio! Va mucho más allá de lo que expresaba Ana: “Él levanta del polvo al pobre… para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor” (1 Samuel 2:8). En la casa del Dios bienaventurado se despliegan todos sus caracteres de paz, amor y santidad. El Padre ama al Hijo que lo ha glorificado a la perfección; el Hijo ama al Padre; los redimidos son amados por el Padre y por el Hijo, y cantan en su honor un cántico nuevo.
¿Usted ya tiene un lugar en la casa del Padre, un lugar a su nombre?


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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