domingo, 17 de septiembre de 2017

ESCLAVO POR IGNORANCIA

Así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

Romanos 6:19

Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

Gálatas 5:1

Mucho tiempo después de la proclamación de la abolición oficial de la esclavitud en los Estados Unidos (1863), todavía había personas que creían que seguían siendo esclavas. Sus dueños habían tenido cuidado para evitar que se enterasen de la noticia de su liberación y así poder continuar explotándolos.
También existen cristianos que desconocen su libertad y permanecen bajo la esclavitud del pecado o bajo una ley.
Somos aún esclavos del pecado cuando ignoramos que gracias a la victoria de Cristo, el pecado ya no debe dominar sobre nosotros. Para salir de esta esclavitud (o de una adicción), necesitamos escuchar la buena noticia y creerla: “La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2). Entonces, en vez de contar con nuestras propias fuerzas, dejaremos que el Espíritu Santo nos conduzca y nos dé el poder para vivir como Dios lo desea.
Del mismo modo, ya no somos esclavos de una ley, pero a menudo vivimos como si no lo supiésemos. Tenemos la tendencia a apoyarnos en todo tipo de reglas que nos dan la impresión de ser buenos creyentes, pero esto traduce una falta de dependencia del Señor y limita nuestra capacidad de iniciativa y de consagración. No consideremos, pues, la fe cristiana como un conjunto de obligaciones morales, sino esforcémonos en cumplir lo que ella es realmente: una relación de amor y de obediencia hacia Jesucristo.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

No hay comentarios: