martes, 10 de octubre de 2017

EL ESPÍRITU CRÍTICO

 
Recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
Hechos 17:11
Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
2 Corintios 10:5
 
 
En las instituciones de enseñanza profesional se busca desarrollar cada vez más el espíritu crítico de los estudiantes. Comprendemos el interés de esta práctica, dada la multiplicidad de canales de información, más o menos fiables. Es preciso ejercitarse para tener un juicio personal y poner orden en todo lo que oímos, lo que vemos o lo que leemos.
Pero los cristianos deben ser conscientes de los límites del campo de aplicación de este espíritu crítico. La inteligencia nos permite discernir algo del poder de Dios en la creación en la que vivimos (Romanos 1:20). Pero solo mediante el Espíritu de Dios podemos acceder a Su naturaleza, a Su santidad, a su amor, e incluso a lo que él hace por nosotros. El apóstol Pablo lo resume diciendo: “¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Corintios 2:11). Y también nos dice: “Ya que... el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes” (1 Corintios 1:21).
En el ámbito espiritual, la mejor manera de apreciar la rectitud de un pensamiento no consiste solo en aplicar nuestro espíritu crítico, sino sobre todo en someterlo a la luz de la Biblia, con la ayuda del Espíritu Santo.
¡Desconfiemos del hecho de usar solo la razón, pues muy a menudo Satanás la emplea para desviarnos!

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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