martes, 24 de octubre de 2017

LA TOLERANCIA SEGÚN DIOS

 
Cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.
Santiago 2:10
Dios es justo y... el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Romanos 3:26
 
 
La Biblia cuenta la relación tumultuosa de los hombres entre ellos y con Dios. Muestra la increíble barbarie humana, las guerras sin fin y la infidelidad permanente del hombre hacia Dios. Ante estos fenómenos recurrentes, Dios se presenta de diversas maneras, como justo, paciente, o como aquel que perdona. Justo cuando amenaza y corrige, paciente cuando a menudo pospone la corrección anunciada. Dios perdona porque siempre está dispuesto a borrar la falta o la infidelidad si el hombre la reconoce.
El hombre de hoy no es mejor que el de ayer. Algunos roban una fruta, otros matan. A los ojos de los hombres, basándose en las consecuencias, al primero se le puede perdonar, pero no al segundo. En un caso se deja pasar la injusticia, pero en el otro se castiga. En un caso se tolera, pero en el otro no. La tolerancia humana es elástica, pero la de Dios no lo es. Su tolerancia con respecto al mal siempre es tolerancia cero, aunque es paciente.
Podríamos creer que el perdón es incompatible con esta justicia perfecta. Pero el uno no excluye la otra, pues aunque a Dios le horroriza el mal y no puede soportarlo, ama a todos los hombres y quiere salvarlos. Como Dios es justo, era necesario que el pecado fuese castigado justamente... ¡Por eso Dios castigó a su Hijo en nuestro lugar: Jesucristo murió llevando sobre sí mismo toda nuestra culpabilidad! Dios es justo y es amor; como el pecado fue juzgado, perdona a todo el que se arrepiente. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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