sábado, 14 de octubre de 2017

HOY O MAÑANA VEREMOS A JESÚS

 
Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades (estancia de los muertos).
Apocalipsis 1:17-18
 
 
Toda persona que ha escuchado el Evangelio debe responder al mensaje de Jesucristo. No responder equivale a decir no. Un día cada uno de nosotros tendrá que encontrarse con Jesús. ¡Nadie escapará a este encuentro! La esperanza del cristiano es ver a su Salvador cara a cara para estar siempre con él. Los que no creen también verán a Jesús, pero como su juez.
Hoy muchas personas no se interesan en Dios y hacen como si no existiese. Pero un día “toda rodilla” se doblará en el nombre de Jesús, y “toda lengua” confesará que “Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:10-11). El plan de Dios se ejecutará. “El consejo del Señor permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones” (Salmo 33:11).
En el día del juicio todos, sin excepción, tendrán que rendir cuentas de su vida a Jesús. Los que lo hayan rechazado como Salvador serán privados eternamente de toda relación con Dios y sufrirán por ello (Mateo 25:46). Este solemne hecho se aplica a todos y confiere al evangelio una importancia capital. “Toda rodilla” y “toda lengua”, dice la Escritura. “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá” (Apocalipsis 1:7).
Un día, los que no hayan creído serán condenados justamente, y su castigo será una destrucción eterna (2 Tesalonicenses 1:9).
Pero ahora Jesucristo perdona y salva a todos los que aceptan gratuitamente su gracia. ¡Vaya a él hoy mismo!

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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