lunes, 27 de noviembre de 2017

COMO SALVADOR O COMO LADRÓN

 
El día del Señor vendrá así como ladrón en la noche... Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón... Seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.
1 Tesalonicenses 5:2-10
Esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.
Filipenses 3:20
 
 
El Señor Jesús volverá pronto. Su regreso, que tendrá lugar en dos etapas distintas, es presentado bajo dos caracteres diferentes: vendrá como el “Salvador” esperado o “como ladrón”.
La venida de un ladrón tiene tres caracteres: es indeseada, inesperada, y empobrece a quien recibe su visita. ¡Qué contraste con la manera en la que el Señor Jesús vendrá por los suyos!
Es deseado: el apóstol Pedro nos dice que, aunque no lo hayamos visto, lo amamos y nos alegramos “con gozo inefable y glorioso” (1 Pedro 1:8). Pablo habla de “los que aman su venida” (2 Timoteo 4:8) y de nuestra “esperanza bienaventurada” (Tito 2:13).
Es esperado: los que tienen fe en su promesa son llamados “los que le esperan” (Hebreos 9:28). A los burlones que les dicen: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento?”, les responden con las Santas Escrituras: “El Señor no retarda su promesa” (2 Pedro 3:4, 9).
Enriquecerá a los suyos: Cristo los revestirá con un nuevo cuerpo, semejante al “cuerpo de la gloria suya” (Filipenses 3:21); los hará entrar en posesión de su herencia eterna (Filipenses 3:20-21; Hebreos 9:15).

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

No hay comentarios: