martes, 14 de noviembre de 2017

DIOS SE DA A CONOCER

 
¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?
Job 11:7
Yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo el Señor, y fuera de mí no hay quien salve.
Isaías 43:10-11
 
 
Pretender descubrir a Dios mediante su propia inteligencia, ¿no es hacerse igual a Dios, o incluso ponerse por encima de él para juzgar quién es? Sin embargo, muchas personas se niegan a reconocer que por encima de ellas hay un Dios al que no pueden representarse. ¡Es una actitud ilógica y pretenciosa! ¿Qué diríamos de alguien que, teniendo una balanza que solo permite pesar un kilo, afirma que no es posible que existan objetos que pesen una tonelada?
El hombre no puede descubrir a Dios a menos que Dios se le revele. Sin esto solo puede construir teorías que corresponden a su condición moral, a su disposición natural, a la época en la que vive o a las influencias a las que ha sido expuesto... Esto, obviamente, va a variar de un individuo a otro. Cada uno se crea un dios a su imagen, de ahí viene la extrema diversidad de religiones y culturas.
A través de la creación, Dios se da a conocer mediante su poder y su sabiduría infinitos. Fue él quien puso al hombre en el inmenso universo, y más particularmente en este marco maravilloso que constituye la naturaleza. Desde hace siglos, Dios se da a conocer mediante las revelaciones que hizo escribir y que componen la Biblia. Ella nos habla de un Dios que se interesa en nuestros actos, palabras y pensamientos, y que conoce nuestras aspiraciones más profundas. Él es demasiado grande para que podamos descubrirlo por nosotros mismos.
Se dio a conocer en Jesucristo, su Hijo, suprema revelación de Dios.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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