El Señor... es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
2 Pedro 3:9
Venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma.
Isaías 55:3
Lucas 15:11-24: Parábola del hijo pródigo
Desde lo más profundo de su miseria, después de
haber reflexionado, el joven de la parábola decidió actuar, regresar a
la casa de su padre y decirle: “Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”. Mediante este
relato, Jesucristo nos enseña cómo ir a Dios. Nos dice que Dios está
listo para recibirnos, que nos ama como un padre. “...He pecado...
contra ti”, son las palabras que Dios espera del hombre. Efectivamente,
¡todos hemos pecado contra Dios! “No hay justo, ni aun uno” (Romanos
3:10).
¿Su pasado o su presente le agobia? ¿Se siente solo, desanimado, perdido? ¿Quizá piensa haber ido demasiado lejos en el pecado y la injusticia? ¿Ha vivido como si Dios no existiese, dándole la espalda? Todavía hoy, Dios le tiende sus brazos, y así como ese padre estaba esperando a su hijo indigno, le espera con un corazón lleno de bondad. ¡Su perdón es gratuito! Dios, en su misericordia, quiere otra vida para usted: ¡no tarde en ir a él! ¡Dios invita a cada persona a dar ese paso!
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
¿Su pasado o su presente le agobia? ¿Se siente solo, desanimado, perdido? ¿Quizá piensa haber ido demasiado lejos en el pecado y la injusticia? ¿Ha vivido como si Dios no existiese, dándole la espalda? Todavía hoy, Dios le tiende sus brazos, y así como ese padre estaba esperando a su hijo indigno, le espera con un corazón lleno de bondad. ¡Su perdón es gratuito! Dios, en su misericordia, quiere otra vida para usted: ¡no tarde en ir a él! ¡Dios invita a cada persona a dar ese paso!
© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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