Te has olvidado de Dios tu creador.
Deuteronomio 32:18
Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
Jeremías 31:3
En el Salmo 54 el rey David escribe, hablando de
los hombres que querían destruir su vida: “No han puesto a Dios delante
de sí” (v.3).
Todavía hoy, muchos hombres y mujeres rechazan incluso la noción de Dios, alejándola de sus pensamientos y de sus proyectos. No quieren admitir que Dios los ve y los oye, que toma nota de todo lo que hacen.
Sin embargo, Dios dice en la Biblia: “Yo el Señor, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” (Jeremías 17:10). Y añade que llegará el momento en que todos los hombres que lo hayan excluido de sus pensamientos y de su vida tendrán que comparecer ante el divino Juez (Apocalipsis 20:11-15). ¡Es cierto que podemos olvidar a Dios durante nuestra vida, pero nadie podrá evitar estar un día ante su presencia!
En cambio Dios no se olvida de nadie. Él “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Ningún ser en el mundo, incluso el más odioso, está excluido del campo de su amor. ¿Ha tratado usted de olvidar a Dios? ¡Aún no es demasiado tarde para reparar ese olvido! Jesús dijo, y esto es válido para todos: “Al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).
Tomemos esta promesa al pie de la letra y conozcamos al Dios que nos ama. ¡Así nunca más huiremos de su presencia!
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” (Eclesiastés 12:1).
Todavía hoy, muchos hombres y mujeres rechazan incluso la noción de Dios, alejándola de sus pensamientos y de sus proyectos. No quieren admitir que Dios los ve y los oye, que toma nota de todo lo que hacen.
Sin embargo, Dios dice en la Biblia: “Yo el Señor, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras” (Jeremías 17:10). Y añade que llegará el momento en que todos los hombres que lo hayan excluido de sus pensamientos y de su vida tendrán que comparecer ante el divino Juez (Apocalipsis 20:11-15). ¡Es cierto que podemos olvidar a Dios durante nuestra vida, pero nadie podrá evitar estar un día ante su presencia!
En cambio Dios no se olvida de nadie. Él “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4). Ningún ser en el mundo, incluso el más odioso, está excluido del campo de su amor. ¿Ha tratado usted de olvidar a Dios? ¡Aún no es demasiado tarde para reparar ese olvido! Jesús dijo, y esto es válido para todos: “Al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).
Tomemos esta promesa al pie de la letra y conozcamos al Dios que nos ama. ¡Así nunca más huiremos de su presencia!
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento” (Eclesiastés 12:1).
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