miércoles, 5 de abril de 2017

TRABAJAR PARA EL SEÑOR

 
A cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
Efesios 4:7
Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.
Hebreos 10:24
 
 
Aunque no todos los creyentes trabajan en la misma medida en Su obra, el Señor Jesús se interesa en todo lo que se hace para él y aprecia el esfuerzo de cada uno. No todos tenemos las mismas capacidades, la misma energía y las mismas ocasiones de servirle. El Señor solo nos pide poner a su disposición lo que nos ha dado. Algunos ejemplos de la Biblia deberían estimularnos:
–Un niño tenía cinco panes y dos peces. Jesús los empleó para alimentar a 5.000 personas (Juan 6:9-13).
–Bernabé vendió un terreno y puso el dinero a disposición de los apóstoles (Hechos 4:35-37).
–Dorcas hacía ropa, según sus capacidades, para las viudas pobres (Hechos 9:39).
–Lidia, la vendedora de púrpura, recibió al apóstol Pablo y a sus compañeros en su casa (Hechos 16:14-15).
–Febe, como sierva de la asamblea, fue una ayuda para Pablo y muchos otros cristianos (Romanos 16:1).
–Priscila y Aquila, colaboradores del apóstol Pablo, arriesgaron su vida por él (Romanos 16:3-4).
Todos estos cristianos trabajaban para el mismo Maestro. A cada uno de ellos el Señor dirá un día: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21).
Mientras esperamos la venida de nuestro Señor, seamos fieles en lo que nos confía.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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