sábado, 28 de enero de 2017

¿ESTÁ DESANIMADO?

 
Aunque afligido yo y necesitado, el Señor pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
Salmo 40:17
(Jesús le dijo:) Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
Mateo 9:2
 
 
Cada vez los psicólogos y trabajadores sociales encuentran más gente desanimada. Las situaciones difíciles, por ejemplo el fracaso profesional o sentimental, un problema de salud, parecen no tener salida, y la gente necesita una ayuda externa.
Cuando Jesús estuvo en la tierra se encontró con muchas personas desanimadas, y cada vez les dio una esperanza, una razón para vivir. Aún hoy desea transmitir ese mensaje de esperanza y paz, quizás a usted que está leyendo estas líneas y que no lo conoce. Quiere decirle que su horizonte no ha colapsado, desea darle fuerzas para continuar. Tome su promesa al pie de la letra: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). ¡Confíe en él, él le ama como nadie le ha amado jamás! ¡La prueba es que dio su vida por usted! Le ofrece la vida eterna, un lugar junto a él en el cielo. ¡No espere más para dejar su vida en sus manos y recobrar ánimo!
Y usted, cristiano que está sumido en las preocupaciones, las tristezas y las dificultades, recuerde que no está solo; Jesús lleva sus cargas. Como dijo a sus discípulos en otro tiempo, le dice: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
No hay ninguna situación desesperada para Dios. Él resolvió el mayor problema de los hombres, es decir, el problema de sus pecados, por lo tanto podemos confiar en él en todas las circunstancias de nuestra vida. ¡Su gracia siempre tiene una solución en reserva!

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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