Más fácil es pasar un camello por el ojo de una
aguja, que entrar un rico en el reino de Dios... ¿Quién, pues, podrá ser
salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible,
mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.
Marcos 10:25-2Algunas preguntas de la Biblia
Jesús iba caminando cuando un hombre rico llegó
corriendo y le dijo: “¿Qué haré para heredar la vida eterna?”. Este
hombre siempre había respetado los mandamientos de la Ley, pero amaba
las riquezas. Y cuando Jesús le dijo: “Anda, vende todo lo que tienes, y
dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme”, se
fue triste (Marcos 10:17, 21).
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!” (v. 23). Sorprendidos, exclamaron: “¿Quién, pues, podrá ser salvo?” (v. 26). Impregnados con ideas de esa época, consideraban la riqueza como una prueba del favor de Dios. Pero Jesús los miró y les respondió: “Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios” (v. 27).
Pobres o ricos, somos incapaces de salvarnos a nosotros mismos. Sin embargo, a los que no tienen nada les es más fácil aceptar el Evangelio... Seamos quienes seamos, reconozcamos que no podemos hacer nada para obtener la vida eterna y depositemos nuestra confianza en Dios. Él lo puede todo. Él da la fe y transmite la vida eterna. “Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8).
¿Quién puede ser salvo? Nadie, si Dios mismo no lo salva. Pero él puede y quiere hacerlo, y nos anima a ir a él cuanto antes, con confianza, por medio de Jesucristo.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!” (v. 23). Sorprendidos, exclamaron: “¿Quién, pues, podrá ser salvo?” (v. 26). Impregnados con ideas de esa época, consideraban la riqueza como una prueba del favor de Dios. Pero Jesús los miró y les respondió: “Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios” (v. 27).
Pobres o ricos, somos incapaces de salvarnos a nosotros mismos. Sin embargo, a los que no tienen nada les es más fácil aceptar el Evangelio... Seamos quienes seamos, reconozcamos que no podemos hacer nada para obtener la vida eterna y depositemos nuestra confianza en Dios. Él lo puede todo. Él da la fe y transmite la vida eterna. “Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8).
¿Quién puede ser salvo? Nadie, si Dios mismo no lo salva. Pero él puede y quiere hacerlo, y nos anima a ir a él cuanto antes, con confianza, por medio de Jesucristo.
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