domingo, 1 de enero de 2017

¡FELIZ AÑO NUEVO!

 
 
Dios nuestro Salvador... quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
1 Timoteo 2:3-4
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:16
 
 
Al empezar un nuevo año escuchamos esta expresión por todas partes: en los pasillos de las empresas, en la calle, en el mercado... ¡Todavía no hay nada escrito en la página blanca del año que acaba de empezar! ¡Todos esperamos mucho de él!
«¡Feliz año y, sobre todo, salud!». Efectivamente, la salud es algo que nos concierne a todos de forma muy personal. Nos preocupa el caso de uno u otro de nuestros conocidos que tiene una enfermedad incurable. ¡Sí, sobre todo la salud, pues pone en juego nuestra vida!
Pero, ¿no hay algo más importante para nuestra vida? Dios nos ofrece todavía un año, o al menos una parte del año para que nos pongamos en contacto con él. ¿Sabe que él también le desea lo mejor para este nuevo año? Él desea que cada uno de nosotros lo conozca. Envió a su Hijo Jesucristo a la tierra para abrir un camino hacia él, para establecer una verdadera relación con los hombres. Conocer a Dios es poder llamarlo Padre. Dios desea para usted el perdón, la paz, la felicidad, la libertad...
¡Y nosotros le deseamos lo mismo! Le deseamos un año marcado por una relación con el Dios que le ama, que le busca y que quiere salvarlo. ¡Entonces sí que tendrá un buen año!
“Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” (Gálatas 1:3-4).

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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