jueves, 13 de julio de 2017

EL SILENCIO DE DIOS

 
 Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios.
Jeremías 7:23
En una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende.
Job 33:14
Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
Hebreos 3:15
 
 
El escritor ruso Dostoïevski escribió: «El infierno es el lugar en donde Dios no habla más». Efectivamente, un día Dios guardará silencio, después de haberse dirigido al hombre mediante las obras de la creación, el mensaje de los profetas y el testimonio que su Hijo dio al venir a este mundo.
Todavía hoy habla claramente por medio de su Palabra, la Biblia, muy extendida; mediante las innumerables cruces que vemos aquí y allá, que recuerdan el sacrificio de su Hijo; así como a través del testimonio dado por millones de hombres y mujeres que conocen a Jesucristo como su Salvador. Aún hoy, la Palabra de Dios nos dice: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”. Dios habló una vez, dos veces... y a menudo varias veces a nuestra vida. Continúa haciéndolo, pero si rehusamos escucharlo como Salvador, estaremos obligados a escucharlo una última vez como el Juez supremo, antes de ir al lugar de tormentos eternos.
En este día de gracia, Dios todavía se dirige a cada uno de nosotros. Escuchemos su voz, recibamos el Evangelio; no esperemos que este llamado divino cese para siempre.
Dostoïevski también escribió: «El hombre está triste porque no sabe que puede ser feliz». ¡Realmente es así! Hoy, la felicidad está al alcance de su mano. Es preciso escuchar a Jesús quien, como en otro tiempo, nos dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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