miércoles, 5 de julio de 2017

PANELES INDICADORES

 
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.
Salmo 32:8
Mirad, pues, cómo oís.
Lucas 8:18
 
 
Si el cristiano sabe que el Señor Jesús le preparó un lugar en el cielo, y que nadie se lo puede quitar, durante su travesía por esta tierra no se queda sentado como si fuera en un tren directo. Más bien está al volante de un automóvil que va por una carretera llena de peligros: obstáculos, niebla, baches, hielo... Por eso debe estar atento para evitar accidentes y no retrasarse inútilmente.
La Biblia coloca en el camino del creyente paneles de señalización para informarlo. También encontramos:
–Itinerarios aconsejados: Jesús nos dice: “Sígueme tú” (Juan 21:22).
–Exhortaciones muy serias como: “Huid de la fornicación” (1 Corintios 6:18). “Huye también de las pasiones juveniles” (2 Timoteo 2:22).
–Advertencias que señalan un peligro: “Raíz de todos los males es el amor al dinero” (1 Timoteo 6:10). “Hijitos, guardaos de los ídolos” (1 Juan 5:21).
–Áreas de descanso: “Venid vosotros aparte... y descansad un poco” (Marcos 6:31).
La lectura de la Biblia nos enseña, pues, a conocer los peligros que nos acechan. El Espíritu Santo atrae nuestra atención hacia ellos, y es tanto más necesario porque la niebla de nuestros propios pensamientos fácilmente puede nublarnos la vista. El deseo de agradar a Dios nos conduce a evitar y a rechazar la tentación de detenernos en un lugar peligroso... ¡o demasiado cómodo! La oración y la confianza en la gracia poderosa de Dios nos conducirán a nuestro destino de manera segura.

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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