martes, 4 de julio de 2017

¿QUÉ PODEMOS LLEVAR AL CIELO?

 
Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo.
1 Pedro 1:18-19
 
 
Se dice que el dinero gobierna el mundo. Pero su valor se limita a la corta duración de la vida terrenal; e incluso en la tierra no puede hacerlo todo ni darlo todo. El dinero y el oro no tienen valor en el más allá.
Cuando viajamos al extranjero, al pasar la frontera podemos cambiar nuestro dinero por la moneda local. Pero cuando usted pase la frontera del tiempo para entrar en la eternidad, no podrá llevar nada consigo: ni sus bienes materiales, ni su reputación, ni sus títulos, ni sus méritos. “Nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”, afirma la Biblia, la Palabra de Dios (1 Timoteo 6:7). El patriarca Job dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá” (Job 1:21).
Esto significa que el hombre pasa a la eternidad con las manos vacías. O más bien, lo único que puede llevar al más allá, si no buscó y halló el perdón de Dios, son sus pecados. Tal como es debe comparecer ante Dios, quien es el “Juez de todos” (Hebreos 12:23). Jesús hizo esta pregunta: “¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?” (Mateo 16:26). Mucha gente ha vendido su alma por dinero, pero, inversamente, para rescatar un alma del poder de Satanás y del pecado, el oro y el dinero no tienen valor alguno.
La Biblia nos enseña que el único rescate que Dios acepta es la preciosa sangre de Cristo, derramada para salvar a los que creen en él.
“Cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios...” (Apocalipsis 5:9).

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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