viernes, 26 de julio de 2013

EL GRAN TRONO BLANCO (Léase Apocalipsis 20:11-15)



Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios.
Apocalipsis 20:11-12


¿Cuál es ese gran trono blanco del que habla el Apocalipsis? Es el tribunal de Dios para el juicio final. Allí comparecerán todos los que no aceptaron la gracia de Dios. No faltará ni uno, grande o pequeño. Los que hayan blasfemado contra Dios y negado su existencia estarán allí, en posición de acusados. Estarán allí tanto los grandes, esas personas que hicieron temblar al mundo y recibieron homenajes de multitudes, como pequeños, si rechazaron el Evangelio.
Los grandes son mencionados en primer lugar. Muy a menudo la justicia humana es indulgente o impotente contra ellos. Pero la justicia de Dios juzgará a todos los hombres sin parcialidad y no aceptará ninguna excusa por el mal cometido.
Se abrirán unos libros, pero no libros humanos, sino el registro divino imborrable de todos los actos cometidos por los hombres.
Fácilmente nos imaginamos que nuestras faltas desaparecerán con el tiempo. ¡Desengañémonos, pues ese día todo saldrá a la luz! ¡Nadie podrá protestar por los hechos imputados! No será necesario que un fiscal apoye la acusación. El juicio será inapelable. Cada uno estará ante la realidad de lo que haya hecho. Los que rechazaron a Jesús, el Salvador, se encontrarán ante él como Juez. Ahora aún es tiempo de creer, y decir: «Señor Jesús, tal como soy, sin nada en mí, voy a ti».
El Señor Jesús dijo: “El que oye mi Palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación” (Juan 5:24).


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)

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